Joan Laporta, presidente del Fútbol Club Barcelona, ha inaugurado la reunión del Senado del club celebrada en el Auditorio 1899 del Camp Nou con una contundente declaración sentimental hacia la entidad azulgrana y, al mismo tiempo, atacando a los clubs-estado con los que compite en Europa. Después de hacer un diagnóstico de la grave situación económica a la que ha hecho frente desde que volvió a ser su presidente, para recalcar la importancia de que los socios aprueben las dos palancas, ha clamado que quieren volver a ser grandes para competir con los citados.
«Nosotros somos diferentes: somos más que un club»
«Queremos un Barça fuerte, que pueda competir con los clubs-estado y con los que son propiedad de un millonario. Aquellos que inyectan dinero en su club que no provienen del fútbol. Nosotros somos diferentes: somos más que un club Nuestros problemas nos los arreglamos nosotros mismos, las soluciones nos las encontramos nosotros mismos. Al igual que disfrutamos de los éxitos, luchamos juntos para levantarnos de las adversidades. Este Barça fuerte… El entidad está viva, el Barça sigue teniendo una fuerza enorme para atraer capital y generar ingresos. Y con una ventaja: mantenemos la independencia en cuanto al modelo de gobernanza y de propiedad».
En este sentido, ha reivindicado que «necesitamos beneficios después de las pérdidas. No nos pondremos en manos del mejor postor. Nos pondremos en manos de los socios, para que nos ayuden a acelerar el crecimiento. Con unos socios que comparten nuestra filosofía e idiosincrasia. Hemos venido a sanear la situación en el menor tiempo posible, y sin poner en riesgo el futuro del club».
De hecho, este «es uno de los otros parámetros que hemos querido trabajar a fondo. Que las opciones no pongan en peligro el futuro. Que las palancas no pongan en peligro la cuenta de resultados de los próximos años. Es fundamental. Nuestros competidores tienen una ventaja económica, pero ni con todo el dinero que tienen pueden comprar nuestras esencias, nuestra historia y nuestra forma de entender el deporte, la sociedad ni el país«.
De este modo, ha lanzado una crítica especialmente en el Manchester City de Pep Guardiola, el París Saint-Germain de Leo Messi, el Newcastle y el Chelsea. Los tres primeros tienen estados detrás que les suministran dinero para hacer fichajes, y el cuarto ha tenido, hasta hace muy poco, un magnate. Y, al mismo tiempo, ha alardeado de los valores del Barça. Y es que es uno de los pocos equipos de fútbol de la élite europea que todavía depende de sus socios. Si bien por ejemplo no todos los equipos ingleses tienen estados, jeques o magnates, sí tienen propietarios que de ninguna manera celebran senados para escuchar la voz de unos socios.