Hacía casi un mes que no se veía un Barça alegre, tranquilo y relajado sobre el terreno de juego. Desde la victoria en el Camp Nou contra el Sevilla de principios de abril, los de Xavi Hernández lo habían hecho todo mal: eliminados de la Europa League el día de la invasión alemana, las derrotas a casa contra el Cádiz y el Rayo Vallecano, victorias poco convincentes contra el Levante y la Real Sociedad… pero hoy, por fin, han vuelto las buenas sensaciones. Los azulgranas han derrotado lo Mallorca en el Camp Nou en un partido muy convincente (2-1) donde Memphis Depay ha sido el líder y Ansu Fati ha vuelto a jugar a fútbol después de ciento días lisiado.
El Barça da un paso adelante en la concentración y la motivación
Desde el mismo momento en que el Barça ha pisado el césped, ha quedado claro que no se repetiría la tragedia de las últimas citas en el Camp Nou. El equipo ha salido mucho más concentrado, con las ideas claras y una voluntad ofensiva que no había tenido últimamente. Con la ausencia de Ousmane Dembélé, al banquillo con amigdalitis, los azulgranas no lo han podido buscar con insistencia y, en vez de esto, los pases en el espacio y las centradas en el interior del área desde la frontal se han convertido en los principales argumento de los culés.
De este modo ha llegado la primera ocasión clara de los azulgranas, con un remate de jefe de Pierre-Emerick Aubameyang a bocajarro, que ha podido parar Sergio Rico. A pesar de que el delantero gabonès no ha sido especialmente inspirado, ha recibido pelotas con peligro de forma constante y ha sido un dolor de cabeza para la defensa balear. Memphis Depay también ha estado brillando y suyo ha sido el gol que ha avanzado los culés, después de recibir un pase en el espacio de Jordi Alba y batir el portero rival con confianza y tranquilidad.
En cambio, Ferran Torres ha estado casi desaparecido y ha mantenido su mala racha de juego. Otro nombre negativo del partido ha sido lo de Gerard Piqué, no por cómo ha jugado, que ha estado realmente bien, sino porque ha tenido que marchar sustituido justo después de la diana de Memphis por las molestias a la adductor que lo están torturando últimamente.
Hay que destacar, pero, que a pesar de que el Barça ha estado sólido y tranquilo en líneas generales, el Mallorca ha estado a punto de hacer daño en dos acciones aisladas. En una desconcentración defensiva colectiva, Hacer Niño ha perdonado un remate a un metro de Ter Stegen, probablemente porque el pase de Brian Oliván le ha llegado con demasiada fuerza. A la última acción de la primera mitad, Eric Garcia, que ha entrado por Piqué, ha estado a punto de regalar el empate a los baleares con un resbalón muy inoportuno.
Memphis lidera, Busquets sentencia y Ansu vuelve
A la reanudación, la dinámica del partido y la idea del Barça ha estado exactamente la misma, con la coletilla que los azulgranas han salido todavía más valientes y más dispuestos a hacer daño en el Mallorca. Un pase en el espacio para Ferran Torres con un posterior remate rechazado de Aumabeyang ha definido el talante de la segunda mitad. Después de un palo de los azulgranas que no ha valido por fuera de juego, ha llegado la sentencia. En una buena acción ofensiva, Sergio Busquets ha cazado una pelota a la frontal y ha batido Sergio Rico con un chut ajustado al palo.
En vez de conformarse con esto y bajar el ritmo del partido, el Barça ha buscado el tercer gol con insistencia. Memphis lo ha hecho todo bien y se ha generado un buen puñado de ocasiones, entre las cuales podría haber entrado alguna perfectamente. Ferran también ha estado protagonista por dos jugadas: una la ha fallado estrepitosamente y la siguiente también, a pesar de que en el rebote ha acabado marcando. Ahora bien, ambas acciones han quedado invalidadas por fuera de juego.
En el minuto setenta y cinco, el Camp Nou ha estallado en un aplauso atronador, cuando, ciento días después, Ansu Fati ha vuelto a pisar el césped. Su retorno, desgraciadamente, ha quedado oscurecido por un gol de Antonio Raíllo. De este modo, el Mallorca ha recortado distancias y ha puesto el miedo en el cuerpo de los azulgranas. Aun así, la diana de los baleares se ha quedado en un susto, porque el Barça no ha reculado y mantenido la posesión de la pelota para dominar el partido y el resultado.
