Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, es conocido por muchos aspectos en materia futbolística. El catalán es uno de los técnicos que más títulos ha ganado, es uno de los pocos hombres al haber ganado a la UEFA Champions League como jugador y como dirigente, ha dejado exhibiciones para el recuerdo como el 5-0 en el Madrid en el Camp Nou y el 2-6 al mismo rival en el Santiago Bernabéu, ha sido el autor del mejor Barça de la historia y al mismo tiempo uno de los mejores equipos de todos y ha reinventado el Bayern de Munich y todo un Manchester City en una liga que hasta hace pocos años no entendía el juego de posesión.
Todos estos y otros muchos hitos los ha logrado con un denominador común: consiguiendo que sus jugadores quieran el balón y lo traten bien. Siempre ha buscado que sus futbolistas tengan esa capacidad, pero además les ha convencido para que lo hagan de esta forma. Lo hizo con Xavi Hernández, Andrés Iniesta y Leo Messi, con Toni Kroos, Joshua Kimmich y Thomas Müller y ahora con Kevin de Bruyne, Ilkay Gündogan, Bernardo Silva y compañía.
Son jugadores muy habilidosos, pero el de Santpedor es consciente de que además es necesario motivarles para que saquen lo mejor de sí mismos en los partidos importantes. Además, este verano la entidad británica ha golpeado la mesa en el mercado de fichajes y por tanto en Europa, ya que ha incorporado Erling Haaland, el jugador que está llamado a marcar una época en el fútbol junto con Kylian Mbappé.
El pasional discurso de Guardiola
Consciente de todo ello, ha hecho un discurso durante un entrenamiento a sus jugadores, que el City ha compartido en sus redes sociales. Un discurso muy pasional, que destaca por el sentimiento que imprime el extécnico azulgrana. Le ha iniciado reivindicando que «algunos equipos no quieren jugar con la pelota. Ganaremos en Anfield [estadio del Liverpool] porque nosotros sí que la queremos. Cuando vamos a Stamford Bridge [estadio del Chelsea], querremos la pelota. Kanté correrá detrás de la pelota».
El catalán ha proseguido dejando claro que el fútbol es un deporte en el que se juega «once contra once», y recalcando que los equipos a los que ha hecho alusión «son muy buenos». «Y ese es el desafío», ha añadido, reconociendo que «esto es bonito. Probarnos contra ellos. Nos probaremos. ¿Eres bueno? Vale, pues estoy aquí». Un discurso que ha adoptado un tono incluso teatral, ya que ha hablado en primera persona para que los jugadores se sientan identificados con lo que estaba diciendo.
«Sois buenos. Ellos corren mucho para que vosotros jugáis con el balón. Odio muchísimo cuando no jugáis con el balón. Lo odio, y es que entrenamos cada día para hacer esto», ha reivindicado, antes de reconocer que «tiene derecho a perder. Tiene derecho a cualquier cosa. Pero quiero el balón». Unas palabras que reafirman que él es quien más hambre tiene en el equipo, y que quiere encomendarla a sus jugadores para volver a hacer una gran temporada o incluso mejorar la anterior, en la que ganaron una Premier League estratosférica y cayeron en las semifinales de la Champions, frente al Madrid.
