El Eintracht de Frankfurt, verdugo del Fútbol Club Barcelona en los cuartos de final de la Europa League en la noche de la invasión alemana en el Camp Nou, ha acabado conquistando este título en la final después de derrotar al Glasgow Rangers en el estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla. El duelo, que ha acabado con empate a un gol al final del tiempo reglamentario, se ha decidido en la tanda de penaltis. El portero del Eintracht, el alemán Kevin Trapp, ha sido el gran héroe de los del Main, puesto que ha parado el lanzamiento decisivo desde los once metros y en la prórroga también ha realizado una parada antológica para salvar a su equipo in extremis.
Batallas campales en Sevilla entre seguidores del Eintracht y los Rangers
Ahora bien, esta final de la Europa League no solo será recordada por la consecución del segundo título europeo de la historia del Eintracht. Tanto los seguidores del Frankfurt como los del Glasgow Rangers han tomado la ciudad de Sevilla y han dejado un montón de imágenes vergonzosas. Se han consumido ríos de cerveza y alcohol y esto ha acabado con destrozos, actos de vandalismo y peleas. Lo más destacado han sido varias batallas campales entre seguidores de ambos equipos, que han aprovechado mobiliario urbano y mesas y sillas de bares y restaurantes para atacarse los unos a los otros. Los sevillanos ya venían avisados por el comportamiento de los aficionados del Eintracht en el Camp Nou, pero aun así ha sido imposible parar la marea de alemanes y escoceses, la cual se ha llegado a cifrar en más de 100.000 personas.
Las declaraciones de Peter Fischer, presidente del Eintracht
Este, sin embargo, no ha sido el único tema vergonzoso que se ha desprendido de esta final. Peter Fischer, presidente del Eintracht de Frankfurt, también se ha convertido en el triste protagonista después de unas declaraciones lamentables. El máximo dirigente del club alemán ha hecho burla del Sánchez Pizjuán y lo ha descrito como «el campo de Mickey Mouse», haciendo referencia a que no tiene nivel para ser la sede de una final de la Europa League. El comentario es especialmente sorprendente, teniendo en cuenta que el estadio del Eintracht no es mucho más grande que el del Sevilla, solo entran 7.000 aficionados más, cosa que tampoco permite que lo ocupen todos los seguidores del equipo de Frankfurt, que son muchos más.