Durante la previa había sido un hecho casi más anecdótico que otra cosa, pero ya se había advertido. Más de treinta mil aficionados del Eintracht de Frankfurt habían inundado las calles de Barcelona, cosa que ya preveía una imagen totalmente insólita en el Camp Nou, con muchos más seguidores del equipo rival del que es habitual. Ahora bien, era casi imposible de imaginar el que ha acabado pasando al estadio, donde decenas de miles de alemanes han llenado los graderíos del feudo azulgrana, que han conquistado completamente, para empujar su conjunto a una clasificación histórica para las semifinales de la UEFA Europa League.
Una noche trágica para el Barça, el barcelonismo y el Camp Nou
Desde mucho antes del silbato inicial, incluso desde antes de que abrieran las puertas del estadio, se ha podido percibir la tragedia. Toda la cercanía del Camp Nou estaba tomada por seguidores del Eintracht de Frankfurt, cosa que se ha acabado haciendo patente cuando se ha podido acceder a los graderíos y se han visto muchas más camisetas blancas que azulgranas, hecho que se ha visto especialmente potenciado por la extraña costumbre de los culés de no vestir la camiseta de su equipo durante los partidos. Inevitablemente, esto ha causado un gran impacto en los jugadores del Barça, que han saltado estabornits al césped y han acabado siendo derrotados con claridad, todo y sus esfuerzos al final del duelo para dar la vuelta a un marcador que ya era histórico y humillante. La imagen de la vergüenza ha llegado con el silbato final, cuando los aficionados alemanes han celebrado la victoria desde los graderíos durante más de media hora haciendo una gran fiesta y ha quedado demostrado que suponían casi la mitad del Camp Nou.
El club y los socios abonados tienen que plantearse muchas cosas
En la hora de buscar responsables sobre el que ha pasado, hay dos focos claros y evidentes. Por un lado, el club, que ya intuía que esto podía pasar y, de hecho, había activado mecanismos para intentarlo evitar, ha fracasado estrepitosamente. La institución azulgrana no se puede permitir esta imagen en el Camp Nou y está claro que cualquier esfuerzo para impedirlo ha estado insuficiente. Antes de que pase esto, se tendrían que regalar o rebajar mucho el precio de las entradas para muchos culés que se habrían muerto de ganas de vivir este partido, como pasa con los partidos del femenino.
A su vez, también hace falta que haya un debate sobre qué significa ser socio abonado del Barça. Desde hace muchísimos años existe un problema de falta de presencia de forofos azulgranas a su propio estadio, cosa que se ha intentado sustituir con proyectos como el Asiento Libre, la excedencia por las restricciones a causa de la pandemia o la posibilidad de liberar localidades. Esto es el que ha provocado que el graderío se haya llenado de alemanes, cuando a la vegada hay muchos socios que se encuentran en listas de espera eternas para poder obtener un abono. Es casi inédito que un estadio tenga todos sus asientos reservados a sus socios y que en muchas ocasiones vayan poco más de la mitad. Es importante que se repiense todo el que ha pasado de forma colectiva y que haya una respuesta institucional y social a esta imagen deplorable y vergonzosa que se ha visto en el Camp Nou.
