Ansu Fati ha evitado un nuevo naufragio del Fútbol Club Barcelona de Xavi Hernández. Los culés visitaban el Intercity, un equipo de la tercera división estatal, en su debut en la Copa del Rey, y por tanto en la ronda de los dieciseisavos de final. Un equipo muy inferior sobre el papel, pero que ha complicado en exceso los catalanes y que incluso los ha llevado a la prórroga. Los alicantinos siempre han ido a remolque, pero siempre han empatado, gracias a un Oriol Soldevila espectacular, autor de uno
Es verdad que con este nuevo formato de Copa puede pasar de todo. Pero también es verdad que el Barça ha salido con un equipo de garantías, con varios titulares. Por lo tanto, no había ninguna excusa. La victoria era casi una obligación. Al final se ha conseguido, pero con mucho más sudor de lo esperado, y quedando muy cerca del abismo por enésima vez en el último lustro. Deberes hechos, pero con el miedo y la preocupación en el cuerpo.
Araujo firma un retorno soñado con un gol y una salvada
Cuando todavía entraban aficionados al Estadio José Rico Pérez, Ronald Araujo ha estrenado el marcador. El uruguayo ha reaparecido después de su grave lesión de la mejor forma. En el minuto dos, Pablo Torre, que ha estado excelso, ha puesto un gran servicio de córner en el área, y el defensa lo ha rematado solo. Vadik se ha despistado en el marcaje, y los jugadores de alto nivel no suelen perdonar esto. A partir de esto, el conjunto azulgrana ha podido jugar con más comodidad, y todo hacía pensar en una goleada.
El conjunto azulgrana ha cerrado el Intercity dentro de su área, pero el Intercity se ha mantenido despierto. Tanto ha estado así, que en su primer contraataque no ha empatado de milagro. Después de unas buenas acciones defensivas del carrilero Cristo, el interior barcelonés Soldevila ha puesto un caramelo al espacio al hombre referencia. Aaron Piñán se ha ido de Araujo y Jules Koundé y, cuando ha regateado a Iñaki Peña, el uruguayo ha vuelto a aparecer para evitar el gol cantado. Justo es decir que Piñán ha acabado poniendo de su parte, con un chute blando.
‘Show’ de Pablo Torre
Pero no se le puede restar ningún mérito. El leonés ha parecido tener un tercer pulmón. Se ha vaciado en la presión: no ha parado de correr en ningún momento. El Barça, sin embargo, ha vuelto a tener el control del partido. Uno de los culpables de la inclinación del campo ha estado Pablo Torre. El centrocampista aparecía en todas partes, para mejorar todas las jugadas. Cuando el partido tendía a ralentizarse, él se ofrecía para imprimir velocidad a la pelota.
Gracias a esto, el Barça ha podido tener más ocasiones. En un lanzamiento de falta, Memphis ha estrellado la pelota al larguero gracias a una carambola inesperada. Después, Kessie no ha devuelto una pared a Torre de forma incomprensible, cuando el exjugador del Racing podía haber marcado un auténtico golazo. Mientras tanto, Dembélé ha ido creciendo, con mucha verticalidad. Pero nulo acierto. Y antes del descanso, Araujo ha repetido la jugada del primer gol, pero sin fortuna.
Intercambio de veces en la segunda mitad, con Soldevila como protagonista
En la reanudación, el Intercity ha cambiado ligeramente su planteamiento, esta vez algo más ofensivo y por obligación. Esto ha propiciado un intercambio de golpes y un partido nuevo, y mucho más atractivo. Piñán ha tenido dos buenas ocasiones, y en la otra banda, Dembélé ha tenido una, y en la siguiente ha acabado dejando solo a Ferran Torres, al haber atraído hasta tres rivales. Pero el valenciano ha estado demasiado lento y la ha pifiado. Y esto pasa factura contra un equipo de la categoría que sea.
En este intercambio de golpes, el golpe más fuerte lo han propinado los locales. Cuando los culés se estaban desconectando, el Intercity ha servido un buen córner que ha acabado en gol. Koundé no ha cubierto bien Vadik, el ruso ha prolongado para Soldevila y este ha batido Iñaki Peña. Esto ha completado la pesadilla de Xavi, que veía como un rival le volvía a empatar un partido con ventaja y con ocasiones perdonadas. Y ha provocado una reacción inmediata y seguramente tardía del terrasense, que ha introducido a Raphinha por un gris Ferran Torres, al siempre intenso Gavi por un cansado Torre y a Eric Garcia para dosificar Araujo.
Esta contundente reacción ha provocado que el Barça volviera a hacer daño, que jugara con tres marchas más. Gavi ha espabilado a los suyos, y Dembélé ha atesorado más protagonismo. Después de un aviso del francés, que podría haber acabado en penalti, ambos jugadores han fabricado el segundo gol. El andaluz ha cedido para Dembélé en el espacio, y Dembélé ha hecho una definición exquisita, con un toque por encima del portero Gaizka Campos.
Pero el Intercity ha demostrado tener más vidas que un gato. Lo había demostrado al principio del segundo tiempo, y lo ha demostrado en el ecuador. Después de la buena reacción catalana, los valencianos han vuelto a sorprender. Después de un saque de banda por la izquierda, Cristo ha aprovechado una nueva desconexión azulgrana, en este caso de Héctor Bellerín, y ha puesto un gran centro, que Soldevila ha aprovechado para volver a batir Iñaki Peña, de cabeza. Partido inolvidable para él.
Lejos de deshacerse, el Barça ha repetido el mismo guion: cambio de Ansu Fati por Memphis para hacer reaccionar el equipo, y vaya si ha reaccionado. Tres minutos después del gol adverso, Eric Garcia ha hecho una excelente incursión en ataque, ha cedido para el hispano-guineano y este para un Jordi Alba que ha puesto un pase de la muerte para que Raphinha la empujara a portería vacía. A pesar de todo, partido para enmarcar del hospitalense.
El portero Gaizka Campos y Soldevila envían el partido a la prórroga
Pero el Intercity ha acabado demostrando ser tan inmortal como un vampiro. Después de la tercera vez, Soldevila ha perdonado momentáneamente el
Pero para completar la película, después de una pérdida del recientemente ingresado Marcos Alonso, y por tanto de una nueva desconexión, Soldevila ha culminado el tercer gol y el empate, definiendo por debajo de las piernas de Iñaki Peña. Locura e historia. El Barça estaba jugando contra el Intercity, pero parecía que lo estuviera haciendo contra el Inter y el City.
A partir de esto, el Barça ha intentado volver a reaccionar. Pero ha sido a base de fogonazos, con desesperación. Más para intentar evitar la prórroga y, quien sabe, ganarse alguna cena en algún restaurante como premio. Fati y Dembélé han tenido ocasiones, pero agua, y silbato del final de los noventa minutos reglamentarios.
En la prórroga, el dominio culé ha continuado, con una ocasión de Ansu Fati y un chut al larguero de Jordi Alba anulado por fuera de juego, pero los ataques se diluían en la desesperación y la anarquía. Cuando lo han hecho con claridad, han encontrado el definitivo gol de la victoria. Kessie y Raphinha han trenzado una buena jugada por la derecha, y el brasileño ha cedido hacia atrás, para que Ansu Fati, ayudado con un rebote, marcara el cuarto, el definitivo, y el de la tranquilidad para el barcelonismo y para Xavi, que se ha ahorrado un nuevo desastre.
