La miniserie
Cuando el neerlandés aterrizó al banquillo azulgrana, el futuro de Messi era una incógnita. Es verdad que sobre el papel tenía contrato en vigor, pero el terremoto del 2-8 y los conflictos con la junta directiva eran motivos suficientes para hacer pensar que el delantero podía preferir cambiar de aires, en la recta final de su carrera. Por lo tanto, Koeman tenía el riesgo de quedarse sin entrenar el mejor futbolista de todos los tiempos después de haberse mentalizado para hacerlo.
Por lo tanto, decidió luchar para revertir la situación, y lo acabó consiguiendo. No por su tarea exactamente, sino por la del club. En la miniserie, se ha revelado una reunión entre Koeman y Bartomeu, en la cual lo primero dijo al segundo qué tenían que hacer exactamente: «Nosotros dos hablamos con él. Queremos que continúe: yo quiero continuar con él. Porque yo quiero que continúe siendo lo mejor jugador del mundo».
Eso sí, en la misma conversación entre entrenador y presidente, el entrenador advirtió: «Pero tiene que saber que habrán cambios en el equipo. No hablamos de nombres, pero haremos cambios. Daremos posibilidades a los jóvenes. Si él quiere seguir con nuestras ideas… si no, con todo el respeto, tiene que decirnos que sí o que no. Si es que no…». A continuación, Bartomeu intervino: «Si dice que no, es un problema del club». Y Koeman volvió: «Entonces nosotros diríamos públicamente que hemos hablado con Messi y que no quiere seguir».

La revolución que hizo Koeman en el Barça
Si bien en esta conversación Koeman recuerda que «no hablamos de nombres», es evidente que uno de los nombres principales que tenía en mente era lo de Luis Suárez. El delantero uruguayo no contaba para la junta, y, como es sabido, el neerlandés se lo comunicó a través de una llamada telefónica. Tampoco contó con Arturo Vidal o Ivan Rakitic, en detrimento de Pedri González y Frenkie de Jong. Al final, queda claro que Messi hizo caso omiso, porque emitió el burofax. Pero Bartomeu se cogió al vacío legal que le daba la razón, y que dictaba que el contrato de Messi no había finalizado y que no podía marchar.