El último partido crucial que vivió el Fútbol Club Barcelona en una competición europea en el Camp Nou fue la vuelta de los cuartos de final de la Europa League contra el Eintracht de Frankfurt. En aquella ocasión, el conjunto azulgrana falló de forma estrepitosa y cayó eliminado del torneo cuando había conseguido un marcador relativamente bueno a la ida y tenía suficiente con ganar o incluso empatar y resolver la eliminatoria a la prórroga. En vez de esto, el club alemán pasó por encima de los culés, cosa que, en gran parte, se explica por la invasión de aficionados del Eintracht que llenó las gradas del estadio azulgrana.
Ahora, el Barça vuelve a encontrarse ante la obligatoriedad de conseguir una victoria en el Camp Nou en una competición europea. Si los culés no suman los tres puntos en la cuarta jornada de la fase de grupos Champions League contra el Inter de Milán, quedarán virtualmente eliminados de este torneo, cosa que les volvería a condenar a la Europa League. No hay que decir que esto sería un desastre de grandes dimensiones, sobre todo después de haber fichado a jugadores como Robert Lewandowski, Jules Koundé o Raphinha en este mercado de fichajes. No pasar a las eliminatorias de la Champions por segunda temporada consecutiva supondría grandes problemas deportivos, económicos, sociales e institucionales para el club culé.
El Barça está tranquilo: el Inter no hará un Eintracht
Es por todo esto que el Barça quiere garantizar que ningún factor externo pueda alterar el resultado del partido. Dicho de otro modo, la entidad azulgrana no quiere que se repita la imagen de la grada del Camp Nou llena de aficionados rivales. Justo después del caso del Eintracht el club ya tomó medidas para impedir que esto volviera a pasar y ahora se han puesto en marcha. Se ha prohibido la compra de entradas generales desde tarjetas u ordenadores italianos, del mismo modo que se ha eliminado el código QR de los abonos para evitar que los socios los puedan alquilar a seguidores rivales. También se podrá comprobar la identidad a los accesos de aquellas personas que entren con tickets nominales. Ahora bien, lo más destacado es que el Inter solo ha pedido 1.500 de las 5.000 entradas que la UEFA pide que los clubes reserven por aficionados del equipo contrario. Por todo esto, el Barça no sufre porque se repita la invasión que protagonizó el Eintracht de Frankfurt.
