La Federación Catalana de Fútbol (FCF) ha anunciado una sanción durísima para un futbolista que hace unas semanas agredió un árbitro. Èdgar Gallart, ya ex jugador del Agramunt, estará apartado de los terrenos de juego nada más y nada menos que durante 27 partidos. El 30 de enero, dio un puñetazo al colegiado que estaba dirigiendo el match de su conjunto en el campo del Palau d’Anglesola, correspondiente a la Segunda Catalana.
En primer lugar, en aquel partido, cuando el árbitro decretó el final de la primera mitad, jugadores de uno y del otro equipo iniciaron una pelea. Por este motivo, el mencionado Gallart y un jugador del equipo local, Silvestre Montalvo, fueron expulsados. En aquel momento, tal como narraron testigos, Gallart propinó un puñetazo al labio del árbitro, de solo 21 años. A continuación, el árbitro suspendió el match momentáneamente, y fue trasladado a un CAP, donde obtuvo un parte de lesiones para denunciar el caso.
El motivo exacto de la grave sanción
En su página web, la FCF ha explicado la sanción. En el apartado en el cual se especifican las sanciones de cada jornada del campeonato, se han hecho dos distinciones. Por un lado, se le han otorgado dos partidos de suspensión por la tarjeta roja que vio, y «por comportarse de manera violenta a raíz del juego o como consecuencia directa de algún episodio del mismo, siempre que la acción origine riesgo, pero no se produzcan consecuencias dañosas o lesivas».
Esto quiere decir que si su actitud violenta se hubiera quedado allá, solo habría recibido dos partidos de sanción: uno por la tarjeta roja, y el otro por el motivo mencionado. Aun así, la agresión al árbitro, totalmente injustificable, le ha aumentado 25 partidos más la sanción: «Veinticinco partidos de suspensión por agredir al árbitro necesitando atención médica o, sin esto, considerando que ha habido riesgo grave».
El Agramunt expulsó el jugador de su disciplina
Eso sí: Gallart no cumplirá la sanción a las órdenes del Agramunt. Después de la agresión, el club informó que habían expulsado el jugador del club, pidiendo disculpas «por el incidente y, especialmente, al árbitro. El club condena cualquier tipo de violencia y no tolera este tipo de comportamiento».