El Real Madrid ha anunciado su convocatoria para el trascendental partido que los blancos jugarán este fin de semana en casa, contra el Real Club Deportiu Espanyol. Y hay una baja muy significativa: no existe Gareth Bale. Según el club, el jugador ha sufrido unas molestias en la espalda, y por tanto no estará, ni siquiera, en el banquillo, en un encuentro que podría significar el triunfo matemático de los hombres de Carlo Ancelotti en el campeonato de Liga.
Tal y como ha informado el diario Marca, el cuerpo técnico del equipo ha recibido la noticia con una sorpresa relativa, en tanto que «ya no sorprende casi nada» del jugador. Además, en el club hay «resignación». Cabe recordar que Bale renovó en 2016, cuando era una estrella en el panorama europeo y sí estaba comprometido con el club, hasta el 30 de junio de este año. Por tanto, más allá de la cesión del curso pasado al Tottenham, últimamente el Madrid ha tenido que cargar con el jugador, que de hecho es el que mejor cobra. Eso sí, a partir del próximo verano ya se irá.
La diferencia del rendimiento de Gareth Bale con el Madrid y con la selección de Gales
Es, pues, una nueva mala noticia que protagoniza el galés. Está teniendo una temporada para el olvido. Solo ha jugado siete partidos, de 48 posibles. Esto significa que, con el Madrid, se ha perdido el 85% de enfrentamientos, tanto por lesión como por decisión técnica. Cabe recordar que después de que el club ganara su última Copa de Europa, el delantero reclamó un mayor protagonismo. Pero ahora, y en los últimos años, sin Cristiano Ronaldo, no ha dado el paso adelante que se esperaba y que se le ha reclamado.
Y no es por falta de forma. Es por falta de actitud. Este curso, su rendimiento con los blancos dista mucho de lo que ha tenido en su selección. Mientras que en la cifra de enfrentamientos mencionada con el Madrid sólo ha marcado un gol, con Gales, contando amistosos y partidos de clasificación para el Mundial de Qatar de este año, ha jugado seis partidos de seis, y allí ha marcado cinco goles y ha repartido una asistencia. Y esa diferencia enfada mucho el entorno del Madrid.
Tanto es así, que incluso su propia afición le ha silbado. En su primer partido en el Santiago Bernabéu después de mucho tiempo, ante el Getafe, en el que ha mostrado actos de indisciplina, el galés ingresó en la segunda parte, desde el banquillo. Lo hizo entre una sonora silbada, y mientras tanto sonreía.
