Este miércoles, Radio de Barcelona ha informado que la Fiscalía de Barcelona está investigando a DASNIL 95, una empresa del ex árbitro de Primera División José María Enríquez Negreira, por el pago que le hizo el Fútbol Club Barcelona de 1,4 millones de euros entre 2016 y 2018, a cambio de su asesoramiento verbal. Una información que ha provocado que el presidente de la entidad azulgrana, Joan Laporta, haya salido al paso para recalcar que esta es una práctica normal entre los grandes clubes.
El Madrid contrató el ex árbitro español Megía Dávila
Pues bien, Laporta tiene razón. Si se mira la hemeroteca, es fácil encontrar que el otro gran club a nivel nacional, el Real Madrid, ha hecho lo mismo este siglo. Concretamente, la entidad blanca contrató al ex árbitro español Carlos Megía Dávila. Lo hizo durante la temporada 2009/2010, la primera en el retorno de Florentino Pérez a la presidencia de la entidad madridista y, a la vez, la primera en la cual Megía Dávila ya no ejercía como colegiado.
Tal como informó en aquella época el periodista José Vicente Hernáez y como distribuyó el diario Marca, el Madrid fichó a Megía Dávila para que se encargara de que hubiera buenas relaciones entre el club y el estamento arbitral, y de informar a los jugadores y a los entrenadores sobre los posibles cambios de reglamento que se podían ir produciendo.
Megía Dávila debutó en la Primera División el año 1995, y trabajó en la competición ininterrumpidamente hasta la primavera de 2009. La siguiente, con 43 años de edad, no pasó las pruebas físicas requeridas para continuar al máximo nivel, a causa de una lumbalgia. Se retiró definitivamente como árbitro para, a continuación, entrar al club blanco.
Entonces, en aquella época Megía Dávila evitó el conflicto de intereses que también se ha evitado en el caso presente entre el Fútbol Club Barcelona y el ex árbitro José María Enríquez Negreira. En el comunicado que ha emitido este miércoles el CTA, sobre esta situación, el organismo ha apuntado que «ningún árbitro en activo o miembro de los órganos del CTA puede desarrollar ninguna tarea que sea susceptible de entrar en conflicto de intereses». Enríquez Negreira se dedicó al arbitraje profesional entre los años 1972 y 1995, y, como ha recordado el CTA, «no forma parte de ninguna estructura federativa desde el cambio de gobierno llevado a cabo después de las elecciones de 2018″.