Un Real Club Deportivo Español desolado ha perdido nuevamente, en su visita a San Mamés, con un dominio del balón aséptico y habiendo infringido uno de los mandamientos de la biblia del fútbol. Éste recuerda que ningún equipo puede despistarse contra el Athletic Club porque, en el caso de hacerlo, acabará perdiendo. Un magnífico Tonny Vilhena adelantó a los suyos con un gran gol pero, instantes después, Oihan Sancet igualó. Y cuando los espanyolistas todavía lo estaban asimilando, Íñigo Martínez ha remontado. El Espanyol sigue desangrándose y lo hace en el peor momento posible de la temporada.
Hoy parecía el día escogido por los dioses espanyolistas para acabar con la nefasta racha de cuatro partidos sin ganar. El Espanyol, con Raúl de Tomás mirándolo desde casa dada su expulsión la última jornada, pretendía dar un golpe de efecto y reivindicarse. Pero ha caído en la trampa athleticzale.
Los catalanes han jugado el partido de forma previsible. Han buscado ser protagonista pero sólo ha logrado atesorar más rato el balón que el equipo rival. Vicente Moreno pretendía tenerla para que los suyos contuvieran e hicieran daño al equipo rival. ¡Y se han avanzado muy rápidamente! Esto en San Mamés es caviar. Gracias a una kilométrica autopasada sobre Dani García, Javi Puado ha asistido para que Vilhena se estrenara con la camiseta blanquiazul en su primera titularidad. El neerlandés ha definido como los manantiales mencionados.
El Athletic, hoy con fuerzas rotaciones en vistas al duelo de Copa que tiene esta semana, nunca se ha asustado. Cuando un perro muy bordador pero poco mordedor y un león se enfrentan, normalmente sale ganando el segundo. Y eso ha ocurrido cuando Oihan Sancet, previo pase de Raúl García, ha empatado rematando a gol de forma excesivamente cómoda. Lo han permitido la distracción de su marcador, Leandro Cabrera, y la pasividad de Diego López.
Los vascos cedían la pelota, pero llevaban la iniciativa enérgica. No permitían que la tenencia de la pelota del Espanyol fluctuara. Y el Espanyol, al igual que en el gol, buscaba hacer daño por las bandas. Los laterales Adrià Pedrosa y Óscar Gil estaban muy activos. Y Vilhena estaba inspirado. Pero demasiado solo. Fácil para los centrales rojiblancos Dani Vivian e Íñigo Martínez.
El internacional con España, de hecho, también ha tenido facilidad a la hora de darle la vuelta al marcador. Después de que Álex Berenguer estrellara una falta en la barrera, sus compañeros han hecho una jugada de globertrotters. Dicho Vivian ha servido, con una acrobacia y seguramente buscando el disparo, un buen balón para que Martínez rematara a placer el balón y las esperanzas blanquiazules.
Nula capacidad de reacción
En la segunda mitad, Vicente Moreno ha hecho lo que tenía que hacer. Ha introducido a un futbolista de corte más directo como Adrián Embarba por Melendo, y ha confiado en Loren Morón en la posición de un Dimata inédito en el remate. Sin embargo, los pericos nunca han sido capaces de inquietar el área local. Tampoco tenían el factor RdT. El futbolista madrileño ya empató in extremis en Cádiz y, en pocas palabras, ha marcado casi la mitad de goles espanyolistas en la Liga.
A medida que pasaba el tiempo, el Athletic dormía el partido. Con la entrada de hombres como Iñaki Williams y el recientemente recuperado Asier Villalibre, rozaba la portería rival y no sufría atrás. Solo Sergi Darder, en una ocasión, ha puesto a prueba a Unai Simón, con un buen disparo desde fuera del área. Las entradas de Yangel Herrera y Wu Lei han sido en vano.
Este Espanyol tiene buenas intenciones. Es académico. Pero esto nunca será suficiente en la Primera División. Necesita peor leche. Más imprevisibilidad. Los futbolistas espanyolistas no se acaban de rebelar. Y esto es muy peligroso teniendo en cuenta la pésima dinámica del equipo y el calendario inmediato del equipo catalán. El Fútbol Club Barcelona amenaza con prolongar la mala racha, antes de los partidos del Espanyol ante el Sevilla y el Villarreal.
