El Espanyol respira, por fin. Los blanquiazules han conseguido los primeros tres puntos de la temporada en el RCDE Stadium ante el Valladolid y salen de la zona de descenso. El partido ha sido soporífero durante casi cada minuto, pero un remate de cabeza inapelable de Joselu ha significado el único gol del partido y la primera victoria para los locales ante su afición. Además, el Espanyol ha mantenido la portería a cero, lo cual solo había sucedido una vez en toda la temporada. Y con el discutido Benjamin Lecomte bajo palos.
Primera parte soporífera
En la primera mitad, el Espanyol ha intentado ir a por el partido desde el minuto 1, pero con más ganas que precisión. Diego Martínez ha decidido apostar otra vez por Benjamin Lecomte en la portería, a pesar del nuevo error cometido en Cádiz. Esta vez, la apuesta le ha salido bien. El portero francés ha tenido un partido tranquilo y muy bien resuelto. Ahora bien, a los jugadores blanquiazules les ha pesado la ansiedad de tener que ganar si o si ante su afición. Joselu y Puado han podido avanzar a los locales. El Valladolid, por otro lado, ya se ha sentido cómodo sin la pelota y ha aguantado sin pasarlo demasiado mal, esperando el momento para poder realizar un contragolpe. Los primeros 45 minutos no pasarán a la historia del fútbol ni por el número de ocasiones de ambos equipos ni por el gran fútbol desplegado sobre el césped del RCDE Stadium.
Joselu, el héroe perico
En la reanudación, la tónica del partido ha sido la misma: más ganas que acierto, por parte de los dos equipos. El Valladolid se ha mostrado más ofensivo y ha podido generar peligro en algún contraataque rápido. Sin embargo, parecía claro que si llegaba un gol seria en una jugada aislada. Y así ha sido. En el minuto 77, un centro milimétrico de Brian Oliván -como en Cádiz- lo ha rematado Joselu al fondo de la red con un cabezazo impecable. Tener un delantero como el ex del Alavés permite que, en un momento puntual, avance a tu equipo y te regale tres puntos que son oro puro por el Espanyol. Pocos minutos después del gol, Javi Puado ha tenido el segundo, pero su vaselina se ha estrellado en el palo. El Espanyol recibe un soplo de aire fresco.