En catalán se llama
Todo tiene un final. Y las historias románticas también. A pesar de ser románticas, pueden tener un desenlace trágico. Y este ha sido el caso de la participación del Japón en este Mundial. El sushi mecánico ha sucumbido en la ronda de octavos de final, contra Croacia, la vigente subcampeona, y no podrá lograr su mejor participación histórica. El equipo que ha maravillado el planeta con dos victorias espectaculares se ha despedido en una tanda de penales fatídica, con el portero Livakovic como héroe.
Han caído de pie. Haciendo frente. No le digan Japón. Díganle lo sushi mecánico. Este equipo es imperial. La selección del sol naciente ha luchado hasta el final en un nuevo partido muy trabajado. Los samurais moratones son los estándares de un fútbol diferente, que cuenta con muchos registros diferentes.
Un primer tiempo con muchas alternativas
Es verdad que su registro más famoso, hasta ahora, era lo de aguantar y acabar mordiendo de forma inesperada. Así vencieron Alemania y España, dos campeonas del mundo, en la fase de grupos. Esta vez, contra los arlequinats, han marcado su primer gol en un primer tiempo en todo el campeonato. Ha llegado, eso sí, a las postrimerías, cuando faltaban cinco minutos. Antes de esto se ha dado un primer acto mucho y muy trabajado.
Los de Hajime Moriyasu han empezado la contienda con un gran despliegue de energía. Y ha funcionado. Gracias a los carrileros, han tenido muchas llegadas y algunas ocasiones. Ito y Nagatomo volaban. Pero no han podido materializar, y esto no podía ser eterno. A los veinte minutos, el cansancio ha flaqueado en las piernas de los asiáticos. Croacia ha pasado a tener la iniciativa… pero no ha sabido hacer daño.
Hay una conclusión muy obvia: los balcánicos han perdido muchas de las prestaciones que tenían en Rusia 2018. Ya no está la agresividad ni la altura del delantero Mario Mandzukic, ni tampoco el juego directo y la precisión quirúrgica de Ivan Rakitic. En este sentido, Luka Modric se acaba y se ha acabado sintiendo sol. No se puede multiplicar, no puede ser en todas partes. En una de las pocas jugadas peligrosas de Croacia, el delantero centro Petkovic ha estado demasiado lento en la hora de tomar una decisión, y ha perdido la capacidad de sorprender. Era pan comido para el Japón.
Los nipones han pasado quince minutos cerrados, y ha sido un tiempo que han aprovechado para descansar las piernas. Porque después de un dominio estéril croata, han vuelto. Esta vez, pero, con un juego basado más en el centro. Los centrocampistas Endo y Morita han tomado protagonismo, y el grande Kamada importancia. De hecho, el del Eintracht de Frankfurt, verdugo del Barça la temporada pasada, ha participado en el primer gol.
Gol de Maeda para avanzar Japón antes del descanso
Japón lo hace todo con una intención, y en el gol ha quedado claro. Ritsu Dōan ha sacado un servicio de esquina en corto hacia Kamada, este ha prolongado para Ito, y el del Stade de Rennes ha servido un maki para adentro del área. Allá, el central Yoshida ha cedido para Maeda, que simplemente ha tenido que rematar.
Habitualmente, el paso por los vestuarios era balsàmic para los orientales. Aun así, en esta ocasión han probado de su propia medicina. Han sido los croatas los que han salido más entonados. Además, esta vez lo han hecho con acierto. En la reanudación, Croacia ha hecho una jugada calcada a la del gol japonés, sin ser una pelota parada, y Lovren ha puesto una buena centrada que Ivan Perisic ha mejorado. Lo ha rematado como los manantiales! Cabezazo casi desde fuera del área para batir Gonda. Era indetenible. Qué jugador más infravalorado el croata, que ha vuelto a aparecer en un momento candente.
El gol ha cargado de moral los de Zlatko Dalic, puesto que hasta aquel momento nada los había salido. Se lo han creído más, y se han atrevido más, también gracias a los cambios del seleccionador en ataque. A excepción de un gran chut a los treinta según del segundo tiempo y uno lance en el cual Tomiyasu ha estado excesivamente generoso, Japón no ha frecuentado más el área de Livakovic. La pelota vivía en el otro campo. Modric se ha intentado añadir en la fiesta de los goleadores, con un chut a su estilo, cuando por fin había bordeado su zona preferida, la frontal del área. Pero Gonda se lo ha negado con una parada espectacular.
Y todo esto, hasta llegar a la prórroga. La primera de esta Copa del Mundo. Era la definición del cartel del partido: el más igualado de la fase de octavos. Un espectáculo que ha continuado en la media hora suplementaria. Gracias a los cambios extra que se pueden hacer y a la ambición de ambos conjuntos, se ha visto una prórroga nada habitual: los dos equipos han continuado buscando el gol.
Esto ha quedado claro cuando el seleccionador croata ha retirado Modric y Kovacic por dos interiores. Ha estado llamativo, porque son dos de sus estrellas. Ha sacado talento pero ha añadido frescura. No estaba pensando en la tanda de penaltis. Tampoco los nipones, que han tenido una buena ocasión en una transición meteórica de Mitoma, parada, nuevamente, por Livakovic.
No ha pasado nada más en la prórroga, y por tanto tocaba la primera tanda de penaltis del torneo. Aquella parte fatídica de los torneos, en la cual se demuestra quién tiene calidad, pero también quién tiene temple, calma, y quien ha estudiado más. Y aquí se ha lluit el portero croata. Livakovic ha parado nada más y nada menos que tres penas máximas, sellando el acceso a los cuartos de final, también gracias a las anotaciones de Pasalic, Brozovic y, por último, Vlasic. 3-1 final. De cuatro lanzamientos japoneses, solo Takuma Asano ha acertado.
No, no son una lotería. Las tandas de penaltis son una manera de desempatar eliminatorias, en las cuales se acaba imponiendo la calidad individual. Al Estadio Al-Janoub, Japón ha hecho frente pero Croacia ha sacado a colación su experiencia. Así las cosas, han vuelto a ganar una tanda de penaltis, después de las que se llevaron contra Rusia y Dinamarca en la última Copa del Mundo, y se citará en la ronda de los mejores ocho combinados o bien contra Brasil, o bien contra Corea del Sur.
