El árbitro valenciano Antonio Miguel Mateu Lahoz ha sido castigado por el Comité Técnico de Árbitros (CTA) de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y ha sido enviado a la nevera. Esto, en argot futbolístico, significa que, de momento, no dirigirá ningún partido. Estas decisiones no se acostumbran a hacer oficiales de ninguna forma, pero sí que se detectan con actos. En este caso, el CTA ha descartado a Mateu Lahoz para la próxima jornada de Liga, donde no dirigirá ningún partido, y habrá que ver si le levantan el castigo de cara a las siguientes jornadas. Además, tampoco será árbitro de VAR, así que la penalización parece evidente.
Mateu Lahoz, a la nevera después de su última polémica
La gota que ha hecho derramar el vaso ha sido el partido de los dieciseisavos de final de Copa entre el Linares y el Sevilla, donde Mateu Lahoz ha enseñado dos tarjetas amarillas consecutivas a Jorge Sampaoli, entrenador argentino del conjunto sevillano, en el minuto dieciséis de partido. Lo ha expulsado por el simple hecho de protestar, cosa que resulta muy extrema. Además, Mateu Lahoz ya venía de un derbi muy y muy polémico entre el Barça y el Espanyol, donde, claramente, él mismo fue el encargado de descontrolar un partido que estaba siendo muy tranquilo. Más allá del fútbol estatal, también salió señalado del Mundial, después de dirigir el Países Bajos-Argentina de los cuartos de final, y la FIFA en aquella ocasión ya le envió a la nevera.
Lo cierto es que los registros de los últimos partidos de Mateu Lahoz son muy significativos. En solo tres duelos, ha mostrado hasta treinta y una tarjetas amarillas y ha expulsado a cuatro personas. Un árbitro puede tener más tendencia a amonestar jugadores que otro, pero estos datos son demasiado extremos. Siempre se ha dicho que Mateu Lahoz es un gran colegiado, quizás el mejor del fútbol estatal, pero se deja perder por su afán de protagonismo. Los árbitros tienen que pasar desapercibidos en los partidos y el valenciano normalmente consigue el contrario. Su buena lectura del juego ha quedado ensuciada por su actitud y ha acabado siendo castigado.