Xavi Hernández aterrizó a Can Barça en medio de un fuerte estrépito. Lo hizo en el contexto puesto Messi, puesto Josep Maria Bartomeu y con pésimos resultados y sensaciones de un equipo entrenado por Ronald Koeman. Su llegada fue cuestionada por propios e impropios. Los resultados se daban con cuentagotas, y el Barça todavía no conseguía lograr el tiki-*taka. Ahora, pero, después de un mes y medio sobre ruedas, Xavi continúa completando su álbum de cromos de entrenador encaminado a hacer historia.
Bien cierto es que ha empezado ganando el partido en la previa con una causa ajena. La baja por lesión de Karim Benzema ha sido un palo demasiado duro por el equipo de Carlo Ancelotti. Este es un muy buen Madrid, sostenido por tres hombres: Thibaut Courtois, Luka Modrić y el delantero mencionado. Pero esto no saca ningún mérito a la goleada. Porque el siguiente gol lo ha anotado Xavi y su equipo técnico, con una alineación inicial que lo ha consagrado.
Bombero Araujo
La primera sorpresa del once inicial del Barça se ha dado en la parcela defensiva. A pesar de tener Dani Alves disponible, Xavi se ha decantado para situar Ronald Araújo en el lateral derecho, y Èric García como acompañante de Gerard Piqué. Este ha sido el primer ladrillo de la paliza azulgrana. Por qué?
Por un lado, porque Araújo ha cumplido a la perfección su misión. El uruguayo ha secado Vinicius Jr como pocos defensas lo hacen en la actualidad. Vinicius venía siendo uno de los mejores jugadores del campeonato. Y Xavi, consciente de esto, lo ha defendido con uno de los mejores jugadores del continente. Vale más, Joan Laporta, que renueves esta joya!
Mariscal Èric García
Por su parte, Èric García ha jugado, con mucha diferencia, su mejor partido como azulgrana. Ha estado sublime en todas las facetas. Para empezar, en la salida de pelota. Aquí se ha arreciado, puesto que esta es su mayor virtud. Èric García es un falso central: es el primer atacante del equipo. El catalán se ha hecho un harto de ceder asistencias a Pierre-Emerick Aubameyang y compañía. Y, después, el internacional con España ha sido una pareja muy fiable para Piqué. El poco peligro que ha tenido lo ha solucionado bien. Èric García ha toreado en tierra de bueyes.
Un Dembélé sin techo
Es muy fuerte lo qué está consiguiendo Xavi con Dembélé. El francés acumula meses jugando. Esto ya es noticia, y es que en sus cuatro anteriores temporadas nunca había tenido continuidad en el equipo. Por varias circunstancias, a los pocos partidos consecutivos jugando caía lesionado. Bien por su mala alimentación, bien por su falta de adaptación o bien porque nunca tuvo un entrenador que se preocupara por él tanto como lo está haciendo Xavi.
Xavi levantó el dedo para salvar de la hoguera el francés. Lo hizo después de que la junta directiva lo quisiera castigar en no querer renovar con el agotamiento de su contrato a finales de temporada ni a marchar en invierno. Desde aquel momento, Dembélé ha progresado hasta el punto de ser uno de los mejores jugadores del equipo. Un jugador sobre el cual se fundamenta el Barça. Sea el amor de su técnico, sean los silbatos de su afición o sea la ilusión que le da el nuevo Barça. Sea cual sea, Dembélé se ha hecho hombre. Xavi lo ha hecho hombre. El de hoy ha sido el bar mitsvà del jugador.
Esta goleada eleva Dembélé y eleva Xavi. Porque es Xavi quien ha vuelto a confiar en el francés. Y este le ha dado la razón. Doblete de asistencias en el primer tiempo que ha sentenciado en el Madrid, y mucha fiabilidad en cada jugada que ha iniciado. Ahora los rivales continúan sin saber qué hará el delantero, pero este sí que lo sabe.
Definitivamente vuelve la presión alta
Ya lo anunció Xavi en su presentación, y hoy ha quedado claro. El Barça tiene que presionar arriba. Lo hacía el de Pep Guardiola y lo está haciendo el de Xavi Hernández. En los anteriores partidos de la nueva era estaba quedando patente, pero hoy ha sido el punto de inflexión de este aspecto del juego. En el partido más complicado para Xavi, teniendo en cuenta que jugaba en el campo del líder de Primera, su equipo ha ahogado el rival. Su defensa han sido sus hombres de ataque. El Madrid ha perdido muchas pelotas en su campo arran una presión asfixiante que los últimos años se había perdido. Ni Messi, ni Luis Suárez ni sus acompañantes no lo hacían, y por aquí se empezaba desangrando el equipo en las grandes noches.
