El entorno de Ousmane Dembélé se negó el pasado mercado invernal de fichajes a renovar el contrato. Éste expira en junio de este año. Y el Fútbol Club Barcelona pretendía prolongarlo. Tras la negativa, a base de presiones públicas, se le invitó a marcharse del club. Y es que ahora, un adiós al final de la temporada se antoja horrible, en tanto que no dejaría ningún euro en el club después de haber sido fichado por una millonada. Marchar en enero, en cambio, sí habría supuesto algún ingreso, aunque no hubiera sido muy elevado.
El jugador francés y su agente, sin embargo, se negaron también a salir. Al fin y al cabo estaban en su derecho. Teniendo en cuenta esto, el presidente, Joan Laporta, y el director de fútbol, Mateu Alemany, anunciaron un castigo: dijeron que Dembélé no volvería a jugar ni un minuto más con la camiseta azulgrana.
En este escenario, Xavi Hernández, que ya le había tenido a sus órdenes en los meses anteriores, pidió una exención. Consciente de los problemas en ataque que arrastraba al equipo en ese momento y de la calidad del futbolista cuando está en buena forma, intervino para levantar el castigo. Dembélé pasó de estar denostado por la directiva, a volver a jugar. Y, tras afrontar pitos en su regreso al Camp Nou, los cambió por aplausos con actuaciones de mérito. Xavi logró que Dembélé, por primera vez como futbolista del Barça, brille y sonría.
Ahora, en términos del contrato y a efectos prácticos, todo sigue igual. La realidad es que Dembélé ya puede negociar con el club que desee, y que se irá al final de la temporada. Sin embargo, todavía existe la opción de que renueve. Si bien es un escenario complicado y remoto después de lo que ocurrió en enero, no es imposible.
La imagen que ilusionará al barcelonismo
Y lo es algo menos teniendo en cuenta la imagen que ha publicado en las últimas horas el club, y que ha tenido lugar en Estambul, en la previa al partido contra el Galatasaray. En ésta se ve Laporta abrazando a Dembélé. Una imagen muy significante, que llega tras el cruce de crudas declaraciones entre el agente del jugador y el propio Laporta. Éste, en diciembre, llegó a alabar a Dembélé. Primero, porque no dejaba de ser un jugador suyo. Segundo, para convencerle. Ahora, tras la confianza interna y pública que está ofreciendo Xavi en el jugador, es Laporta, persona cariñosa por excelencia, quien también está interviniendo. El camino del mejor Dembélé en el Barça todavía no ha terminado, y el presidente pretende alargarlo.