Parecía que el Barça había vuelto al camino de la victoria, del buen juego y de la intensidad después del triunfo contra el Atlético de Madrid, que dejó buenas sensaciones a los culés durante la fiesta de San Jorge. Nada más lejos de la verdad. Un Barça que ya se siente campeón cuando todavía tiene que rematar el trabajo, ha ido a Vallecas sabiendo que le podía sacar catorce puntos en el Real Madrid y, en vez de esto, ha perdido contra el Rayo Vallecano y se ha quedado con los once puntos de margen. Continúan siendo muchos y es más que probable que los azulgranas ganen la Liga, pero la imagen que está dejando el equipo en las últimas jornadas es nefasta. Cuando todos los jugadores fallan, las miradas se tienen que trasladar forzosamente al banquillo, así que el gran señalado es el entrenador, Xavi Hernández.
Xavi Hernández, el gran señalado del Rayo Vallecano-Barça
El Barça ha salido desconectado desde el primer minuto de partido. El medio del campo, que ha vuelto a contar con la titularidad de Frenkie de Jong y Pedri González, no ha sabido tener el control del juego en ningún momento. La falta de intensidad del equipo ha sido flagrante. De hecho, los dos goles del Rayo han llegado gracias a la pasividad defensiva y del medio del campo. El Barça ha estado perdido en todo momento y sencillamente ha hecho acto de presencia en Vallecas, pero poca cosa más. Xavi no ha sabido motivar a sus jugadores de la manera adecuada, por mucho que la Liga esté muy cerca, pero tampoco los ha sabido ordenar ni ha sabido tocar la tecla correcta para cambiar las cosas. Mal partido del técnico egarense.
La rueda de prensa de Xavi tampoco ha sido especialmente convincente. El entrenador catalán ha mostrado un perfil duro y crítico y ha reconocido que su equipo ha merecido perder y que «no hay excusas». Aun así, tampoco no ha sabido dar muchas explicaciones de la falta de actitud de sus jugadores en este partido y de la gran superioridad que ha tenido el Rayo. Sí que ha destacado la dificultad del estadio y ha sacado pecho del hecho de mantener una distancia tan grande sobre el segundo clasificado a la Liga. Ahora bien, si el Barça acaba la temporada arrastrándose de este modo, celebrar el título será muy difícil para los culés.