El Fútbol Club Barcelona ha perdido varias cosas este domingo. En el Estadio de los Juegos Mediterráneos, ha caído por 1-0 y ha dejado escapar la oportunidad de ensanchar a diez puntos la diferencia al frente de la clasificación de LaLiga, respecto a su perseguidor, el Real Madrid. Una diferencia que se habría presentado muy contundente. No podrá ser, y será así por varios motivos. Por el acierto del Almería, muy trabajador y solvente, y por las aguas de la xavineta.
Entre estas aguas, el capitán de la nave, Xavi Hernández, se ha dejado su catalejo en el banquillo de manera incomprensible. Se ha dejado a Alejandro Balde: aquel lateral izquierdo que este curso se ha hecho un harto de desequilibrar partidos. Lo ha hecho de todos los colores: en el Camp Nou, fuera, contra equipos de la zona baja o contra conjuntos con más habilidad. La última vez fue en el Benito Villamarín, contra el Betis, en un match en el cual mandaba el 0-0 hasta que él regaló un gol a Raphinha.
Balde tiene los rasgos que el Barça no ha presentado: desbordamiento, velocidad e imprevisibilidad
Anteriormente, ya lo había hecho. Este curso ha repartido, en total, cuatro asistencias. En el inicio del curso, repartió una a Lewandowski en el Reale Arena, contra la Real Sociedad, y dos contra el Elche, al polaco y a un Memphis Depay que ya juega en el Atlético de Madrid. Por lo tanto, solo el argumento de las cifras ya contradice la decisión de Xavi, de haberlo dejado a la caseta. Podría haber sido la opción escogida antes de Marcos Alonso o, si no, haber entrado por Ferran Torres antes de que el valenciano pasara a ejercer como mediapunta. Balde siempre promete desbordamiento, velocidad y imprevisibilidad. Tres rasgos que el Barça no ha presentado este domingo en Andalucía.
Se entiende totalmente que Balde no haya sido titular, por el tema de las rotaciones, pero no que no haya tenido un rato para intentarlo en el segundo acto. Xavi ha preferido dar entrada a Raphinha Dias, Marcos Alonso, Ronald Araujo, Pablo Torre y Ángel Alarcón. Es verdad que las sustituciones han mejorado las prestaciones del equipo, pero es que era fácil. Los substituidos Franck Kessié, Sergi Roberto y Eric Garcia estaban haciendo aguas. Pero para abrir una defensa tan cerrada como la de la Almería se ha echado de menos un hombre tan profundo como Balde.
Xavi ha sorprendido con un equipo que ha jugado muchos minutos a la desesperada
El Barça ha basado todo su juego peligroso en los centros a Robert Lewandowski y el mencionado Araujo. Evidentemente, alguna de estas podría haber entrado. Pero Xavi ya ha dejado muy claro en muchas ocasiones que la mejor manera para ganar es hacerlo jugando bien, y no a la desesperada, con centros a la olla constantemente. Esto es más propio de los tiempos de Ronald Koeman al banquillo.
Ha resultado extraño, porque no ha sido la primera vez en la cual el Barça de Xavi ha tenido que remontar un resultado adverso fuera de casa. Por ejemplo, en El Sadar empezó por debajo al marcador. Aunque aquel día estaban Pedri González o Ousmane Dembélé. También Balde. Cada cual tiene su manual de instrucciones para ganar, y esta vez Xavi no ha sido fiel al suyo, con una de sus naves insignia sin remangarse para la causa.