El túnel ha sido largo, pero ha llegado, al fin, el final. El Fútbol Club Club Barcelona ha perdido contra el Bayern de Múnich, y eso en términos competitivos es lo único que importa. Sin embargo, si el barcelonista cree en el proceso y la mítica frase trust the process, el barcelonista tiene que ir a dormir con los ojos brillosos. Y es que por primera vez en cinco años, el equipo ha dado la cara en una noche señalada en el calendario fuera de las fronteras españolas.
El Barça, pues, ya sabe lo que falta por ganar en las grandes noches europeas. Todavía no sabe ganarlas, pero sabe lo que debe hacer. Aún no ha terminado la figura del Mecano, pero tiene el manual de instrucciones aprendido. El equipo de Xavi Hernández ha hecho un primer tiempo para enmarcar. Ha plantado cara, con una defensa perfecta. Esto es lo primero que ha cambiado. En Roma, Liverpool, Lisboa o en ese mismo escenario pero hace un año, el Barça moría en esta parte del equipo. Esta vez, Andreas Christensen y Ronald Araujo han secado a los Thomas Müller, Sadio Mané y compañía.
I Araujo lo decía en la previa. Si el equipo deja a cero su portería, es muy probable que gane por la calidad delante. Pero esa calidad no ha aparecido. Y eso que ha habido opciones. El Barça ha llegado con suma facilidad a la portería defendida por Manuel Neuer. Cuando no lo hizo con la posesión, lo hizo provocando errores en la salida de balón bávaro. Esto es otro punto muy mejorado. Los catalanes han presionado, y ha atacado con alma y criterio, a diferencia de las noches paupérrimas mencionadas. Antes estaba Messidependencia, y ahora hay variantes.
La pólvora del Barça, mojada en el peor momento posible
Ousmane Dembélé y Raphinha han hecho daño. También Pedri González ha generado peligro. Pero en el fútbol lo más importante son los goles, y ahí el equipo ha vuelto a fallar. Incomprensiblemente. Robert Lewandowski y el citado Pedri han perdonado tres ocasiones claras que, de haber entrado, habrían cambiado el partido, el grupo y los ánimos barcelonistas. No fue así. Cuando se perdona se paga, que dicen los sabios. Después del penal no silbado de forma increíble, ha llegado el siguiente aprendizaje culé.
Tras una ocasión culé en la reanudación, el Bayern ha salido en tromba hacia la portería de Ter Stegen. El de Monchengladbach ha parado un buen disparo y, en el saque de esquina, Lucas Hernández ha adelantado a los suyos. Lo hizo en el primer error en defensa, que lo cometió Marcos Alonso. El madrileño no ha seguido al francés en la marca, y éste ha rematado solo. Luego, en unos minutos de desconexión, Leroy Sané dejó la contienda prácticamente sentenciada. Todo ello ha enseñado al Barça que un solo error en Europa te condena y que pese a que el rival marque un gol, es necesario continuar con la misma intensidad.
Las notas positivas del Barça en Múnich
Es cierto que es muy fácil decir esto desde una silla y sin haber sudado. Por tanto, para hacer justicia, también toca poner en valor y repasar todas las cosas positivas. Al fin y al cabo, ésta ha sido una derrota constructiva, y oportuna. Más vale ahora que en abril. Así pues, estas cosas positivas son la contundencia defensiva en la primera mitad, la meritocracia de Xavi a la hora de hacer la alineación, la masterclass de Busquets para sacar la pelota, los buenos recursos que han ofrecido Raphinha y Dembélé o el buen partido de Gavi pese a su juventud. La gran nota negativa en términos deportivos han sido las imprecisiones de Lewandowski, pero seguirán entrando… y en un mes toca recibir a los bávaros en el Camp Nou. Antes, eso sí, los azulgranas están obligados a sacar buenos resultados contra el Inter.