El delantero francés Ousmane Dembélé ha dejado a todo el mundo boquiabierto con una decisión que todos habrían considerado impropia de él hace un año. El jugador de Vernon ha vuelto dos días antes de lo previsto a los entrenamientos del Fútbol Club Barcelona y se ha incorporado a la dinámica de su técnico, Xavi Hernández, cuando solo ha pasado una semana desde la final del Mundial de Qatar. Hay que recordar que Dembélé disputó el partido por el título de la Copa del Mundo contra Argentina y cayó derrotado. El delantero francés fue el gran señalado de la final, puesto que, después de hacer una mala primera mitad y cometer el penalti que dio el primer gol a la
Dembélé quiere olvidar la mala final del Mundial y vuelve antes al Barça
Este hecho de volver antes de lo previsto a los entrenamientos del Barça se ha leído, pues, como un gesto para reivindicarse en el fútbol de clubes y demostrar que puede tener un papel muy diferente a la imagen que dejó en la final del Mundial. Hay que tener en cuenta que Dembélé no hizo una mala Copa del Mundo en líneas generales. Fue una pieza fundamental del esquema de Deschamps y llegó a la final. Demostró sacrificio defensivo y repartió dos asistencias. Si bien es cierto que no marcó ningún gol, su torneo estaba siendo más que correcto. En las semifinales contra Marruecos, sin embargo, ya no pudo destacar, y en la final salió señalado.
Xavi y Dembélé, una relación especial
Por otro lado, también hay que destacar que la actitud que Deschamps tuvo con él en la final ha sido muy criticada. El hecho de haberlo sustituido pocos minutos antes del descanso no gustó a mucha gente, puesto que consideran que podía haber esperado hasta el silbato del árbitro por no generar la imagen donde quedó tan señalado. El hecho de reencontrarse tan temprano con Xavi también puede ir en esta dirección, porque el técnico egarense siempre lo ha tratado muy bien y ha hablado maravillas de él, así que ha ido tan pronto como ha podido a un lugar donde se siente querido. Podría llegar a ser titular en el primer partido del Barça después del parón del Mundial, que será el día 31 de diciembre contra el Espanyol en el Camp Nou.
