Con la firma que ha estampado Ousmane Dembélé en el nuevo contrato del Fútbol Club Barcelona, se ha cerrado un serial extradeportivo que ha estado muy largo. El francés ha puesto punto final en una etapa de más de seis meses en la cual su situación al club las ha visto de todos los colores. La firma que ha dibujado el delantero al césped del Camp Tito Vilanova y sus palabras son la joya de la corona de un notable cambio de actitud.
La trayectoria de Dembélé en el Barça, de menos a más
Desde que el mosquito aterrizó en el Camp Nou el verano de 2017, siempre le ha costado mucho justificar su fichaje. Después de llegar a cambio de un multimillonario traspaso, en primera instancia no tuvo ni siquiera continuidad al césped, a consecuencia de las lesiones. Aun así, una vez superó aquellos años oscuros, tampoco se erigió en un futbolista fiable en el ataque culé. Si bien tuvo buenas actuaciones en la época en cuestión, también se le recuerdan males partidos. Era un jugador con desequilibrio, pero que cometía muchos errores. Además, en materia extradeportiva también se le recriminaban cosas. Por ejemplo, su carencia de comunicación con la afición o la suya no adaptación en la ciudad de Barcelona o incluso al equipo.
En la primera temporada con Ronald Koeman al banquillo, la 2020/2021, el jugador experimentó una mejora sustancial. Todo el mencionado lo cambió. Se lo veía más integrado con el grupo y más comprometido. Y dentro del césped empezaba a tomar mejores decisiones. Esto hizo que aconteciera clave cuando el equipo azulgrana enlazó una racha de muchos buenos resultados, que hicieron que luchara por el título de Liga hasta el final y que ganara la Copa.
A continuación, pero, sufrió un nuevo infortunio: durante la celebración de la Eurocopa 2020, disputada el verano de 2021, se lesionó en un partido de Francia de la fase de grupos. Una nueva lesión de larga duración, que lo mantuvo fuera de los terrenos de juego cuatro meses y medio. Por lo tanto, se perdió el inicio del primero Barça post Messi. Un Barça que precisamente necesitaba, más que nunca, su número 7. Se incorporó al equipo ya del interino Sergi Barjuan en el mes de noviembre, y despacio recuperó la participación.
El gran punto de inflexión, con Xavi Hernández
Y en aquel momento se dio el gran punto de inflexión en su etapa azulgrana. En el momento en el cual el presidente, Joan Laporta, anunció la contratación de Xavi Hernández como nuevo entrenador de la nave culé, el francés mejoró paulatinament en todo. Al principio le costó hacerlo puesto que, por un lado, venía sin acumular minutos de competición durante mucho de tiempo y, por otra, porque aquel equipo tenía pocos recursos de calidad.
Pierre-Emerick Aubameyang, clave en la felicidad de Dembélé
En el mercado de fichajes invernal se produjeron circunstancias que dinamitaron su rendimiento y su adaptación. En primer lugar, el hecho que hubieran llegado jugadores de calidad. La llegada de Ferran Torres le aportó un compañero con quién poder asociarse bien. La de Adama Traoré, un competidor en su posición y por tanto un nuevo motivo para tener que estar más fuerte que nunca. La de Dani Alves, un veterano con experiencia y con un saco de buenos consejos. Y la de Pierre-Emerick Aubameyang, un killer a quién poder servir un montón de goles y, a la vegada, un gran amigo.
Pero hubo un factor extradeportivo que también aconteció capital en la metamorfosis del francés. Y es que fue justo en aquel momento cuando inició el serial de su renovación. Como que su contrato expiraba en el ninguno de unos meses, la junta directiva tenía unas claras intenciones: o que aceptara una renovación a la baja, o que marchara en aquel mercado para dejar unos ingresos a la caja. Su entorno, pero, optó por la continuidad sin renovación. Esto podía significar que abandonara el club a posteriori: una vez agotada el contrato. Y esto generó que la misma junta le quisiera establecer un castigo.
Dembélé convierte los silbidos en aplausos
Aun así, Xavi levantó la mano y se negó que se le impusiera el castigo. La junta pretendía que el extremo no volviera a ponerse la camiseta barcelonista y que se viera el resto de la temporada desde el graderío o la televisión, pero Xavi, un hombre de fútbol, confió en él. Después de estar apartado del equipo durante tres partidos, volvió. Su segundo match estuvo en el Camp Nou… y allá recibió una avalancha de silbatos. Pero Dembélé impresionó todo el mundo: con un fútbol exquisito, convirtió aquellos silbatos en aplausos fugazmente.
Lo hizo, en primer lugar, a base del fútbol exquisito mencionado. Desde aquel momento culminante, el jugador era otro. Bailaba al césped. No solo regateaba rivales como antes: también tomaba buenas decisiones. Y esto, a la larga, lo llevó, nada más y nada menos, a convertirlo en el máximo asistente del campeonato. También fue el líder del grande Barça imbatible de los meses de febrero, marzo y abril. En aquel periodo, más allá de su gran actuación al clásico o contra el Athletic en el Camp Nou, hubo un día culminante en términos de actitud.
Contra el Sevilla, en un partido muy ajustado y que acontecía una final en términos del subcampeonato nacional (con el Madrid siendo muy líder a la clasificación), el campeón del mundo impactó dando una lección de actitud. Por ejemplo, en uno lance del juego bajó a defender un contraataque de los andaluces. Lo cortó, y esto hizo que celebrara cómo si acababa de marcar un gol.
Después, cuando Pedri González decidió el partido con un gol magistral, el mismo Dembélé fue a celebrarlo cómo si él hubiera sido el autor. Antes, en el match mencionado contra el Athletic, cuando marcó un gol, se dirigió al banquillo para celebrarlo con sus integrantes. Son cosas que en los años anteriores no pasaban. Momentos donde por fin se ve un jugador que disfruta de su trabajo. Que sonríe.
Los gestos de Dembélé en un partido contra el Sevilla
También en el partido contra el Sevilla, después de la anotación del canario, se dirigió a sus compañeros para hacer un gesto muy habitual en el fútbol. Muy habitual por parte de los líderes de los equipos. Teniendo en cuenta la importancia de aquellos tres puntos, la ínfima diferencia al marcador y que quedaban pocos minutos de match, Dembélé los animó y los pidió cabeza. Un gesto a menudo agradecido entre los futbolistas, que los sirve comprometerse todavía más cuando los partidos agonizan.
El que ha cambiado mucho en este tiempo también es la actividad en sus redes sociales. Un hecho que parece residual pero que hace diferencia. Hasta el serial de la no renovación, y los últimos meses, la cuenta oficial de Instagram de Dembélé estaba bastante inhóspito. Desde el verano solo había dos publicaciones en clave azulgrana: una dedicada al adiós de Leo Messi y otra relativa al partido del Barça contra el Dinamo de Kíiv, al estadio de los ucranianos. En cambio, desde el momento mencionado, el jugador se acostumbró a publicar cosas relacionadas con el equipo, y con inscripciones del estilo «Força Barça».
Las declaraciones ambiciosas de Dembélé en el acto de renovación
Otras casos de la resurrección de Dembélé se han producido con el paso del tiempo. Por ejemplo, su crecimiento en el equipo y su armonía con los compañeros y el entrenador. Y los últimos han surgido el día en el cual ha renovado hasta 2024. Por un lado, después de que todo el mundo contara con que el jugador no está integrado en la ciudad y en el país, las redes sociales del club, para anunciar la prolongación del contrato, han compartido un video en el cual dice una frase en catalán. Esto, obviamente, puede estar dirigido por el mismo Barça. Pero es un nuevo gesto cariñoso.
Y, finalmente, su gran bala son sus declaraciones. En el mismo acto en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, ha asegurado que «lo daré todo por el Barça» y que «tengo muchas ganas que empiece la nueva temporada», además de reconocer que «quedarme en el Barça siempre ha sido la mía primera opción, lo dije al entrenador y al presidente», y de soñar con la Champions y con «ganar títulos».
