Se ha confirmado el gran negocio que Joan Laporta, presidente del Fútbol Club Barcelona, ha hecho para arreglar uno de los principales desastre, si no el principal, del exdirigente Josep Maria Bartolomé. Y es que Philippe Coutinho, jugador que el anterior presidente fichó a cambio de un traspaso astronómico, acabó saliendo por la puerta trasera del club y, después de completar unos buenos meses iniciales en su nuevo destino, el Aston Villa, está empezando a generar decepciones.
Los buenos meses fueron a partir de enero. Su máximo valedor del traspaso, que primero fue una cesión y después un fichaje definitivo, fue el técnico de los ingleses, Steven Gerrard. Ambos habían compartido vestuario como futbolistas, en el Liverpool, y por tanto se conocían bien. El mítico ex centrocampista británico creía que podría recuperar al brasileño, y al principio fue así. Empezó dejando muy buenas sensaciones, un muy buen juego y convirtiéndose en el líder del equipo. De hecho, en sus primeros ocho partidos, marcó cuatro goles y repartió tres asistencias.
La increíble bajada del rendimiento de Coutinho en el nuevo curso
Todo esto provocó, como se ha dicho, que los ingleses efectuaran la compra del jugador, ya que en un inicio llegó en calidad de cedido. Y desde entonces, todo han sido malas noticias. Desde que la temporada 2022/2023 ha comenzado, Coutinho ha tenido un gran bajón en su rendimiento e incluso en su actitud.
Ha jugado once partidos hasta ahora, con ninguna aportación decisiva en el apartado de los goles. Además, en cuatro ocasiones lo hizo ingresando como suplente en la segunda mitad. Por otra parte, a día de hoy, y como ocurría en el Barça, Coutinho no ha encontrado una posición del campo en la que se sienta más cómodo. Gerrard le ha situado como mediapunta, como extremo y como interior en los once partidos citados, lo que indica que no acaba de encajar y sentirse a gusto.
Esto es una cuestión notoria. Coutinho debía ser el líder de un buen equipo, pero con ningún nombre tan importante como el del también ex jugador del Espanyol. El guardameta, Emiliano «El Dibu» Martínez o el centrocampista Aaron Ramsey son los otros argumentos. Pero por ejemplo el escocés John McGinn está empezando a ganarle la partida. Y el gran punto de inflexión en este problema es que Gerrard le ha reconocido. Para resolver los problemas primero es necesario reconocerlos, y el entrenador lo ha hecho, públicamente, en rueda de prensa.
Steven Gerrard, entrenador de Coutinho, reconoce que «no está a su mejor nivel»
En primer lugar, Gerrard ha explicado que cuando «decidieron fichar a Coutinho, se podía ver que no era feliz en Barcelona. Con la edad y el talento que tiene confío plenamente en él. Los números dicen que no está a su mejor nivel, pero le daremos todo lo que necesite«. Y sin embargo, ha valorado que «está trabajando y lo está intentando. Quizás sólo necesite un poco de suerte, pero no ha perdido ni el talento ni la calidad. Cuando llegó lo hizo muy bien. Mi opinión sobre él no cambiará «.
Así fue el serial de Coutinho, la peor operación de la historia del Barça
Eso, pues, indica que el Barça se ahorró un gran problema cuando logró vender Coutinho. No era una operación fácil, teniendo en cuenta el salario del jugador y que ningún gran club estaba interesado. Bartomeu le había fichado por 135 millones de euros en la temporada 2017/2018. Probablemente por un precio mucho más elevado de lo merecido, ya que es nada menos que el traspaso más caro de la historia de un club que ha contratado a hombres tan contrastados como Luis Suárez o Zlatan Ibrahimovic. Eso sí: Coutinho brillaba en el Liverpool de Jürgen Klopp en ese momento, y por tanto, más allá de poner en duda el precio del traspaso, sería injusto poner en duda el traspaso en sí.
Pero el precio de traspaso acabó siendo aún más grave con el tiempo. Tras una buena primera mitad de temporada en el Barça de Ernesto Valverde, el rendimiento de Coutinho, como ocurre ahora en el Aston Villa, se evaporó inesperadamente. Tras el Mundial de 2018, el jugador dejó de encontrar un encaje en el equipo y de aportar cosas. Ejerció como suplente en varias ocasiones y, cuando fue titular, muchas veces se esperó más.
Por eso, en verano de 2019 salió cedido al Bayern. Allí no brilló como lo había hecho en el Liverpool, pero al llegar con el título de suplente, tuvo menos presión y ofreció buenas cosas. Entre otros, marcó dos de los goles de los bávaros en el mítico 2-8 en el Barça, en Lisboa, lo que añade más picante a la operación, que puede considerarse como la peor de la historia culé. Sin embargo, después en su regreso al Barça todo siguió igual. Además, una grave lesión le apartó definitivamente de los equipos primero de Ronald Koeman y, después, de Xavi Hernández.
