Món Esport
El Barça más luchador pierde el clásico con crueldad (2-3)

El Fútbol Club Barcelona ha caído eliminado de la Supercopa en la semifinal contra el Real Madrid en un partido de fútbol precioso para el espectador neutral e incluso para los aficionadors de los dos equipos. Los blancos han sido mejores al inicio y se han avanzado, pero el Barça ha mejorado muchísimo después del descanso y ha conseguido forzar la prórroga, donde la moneda ha acabado cayendo del lado blanco (2-3). Ha sido el primer clásico de Xavi Hernández en el banquillo azulgrana y, a pesar de que ha empezado mal, ha finalizado con muy buen sabor de boca para los culés, que han visto como su equipo podía volver a competir contra uno de los grandes después de mucho tiempo.

Un inicio decepcionante

A pesar de que el Barça figuraba como titular al marcador, el Madrid ha sido el equipo que ha tenido el apoyo de la mayoría del público del estadio saudí. Aprovechando el escalf del graderío y el buen estado de forma, los blancos han saltado al césped dispuestos a dominar el partido con aquello que hacen más bien: las transiciones. Han cedido la pelota a los azulgranas, pero aun así han llevado la batuta del ritmo de juego, puesto que cada contraataque merengue era sinónimo de peligro. Marco Asensio ha avisado en dos ocasiones, hasta que Vinícius Jr., que parece un jugador totalmente diferente de las anteriores temporadas, ha certificado el gran partido que estaba haciendo hasta el momento con una diana, por supuesto, al contracop. Sergio Busquets ha cometido un grave error que ha propiciado la acción.

El Barça, hasta el momento, se había mostrado totalmente perdido, con más posesión, pero sin saber qué hacer con ella. El gol, aun así, ha despertado los culés, que después de un primer remate entre los tres palos de Luuk de Jong después de una buena centrada de Ousmane Dembélé, se ha activado. A partir de aquí, han caído en picado los contraataques del Madrid y las jugadas de los azulgranas tenían mucho más criterio. El mismo delantero neerlandés ha avisado en alguna ocasión más y las bandas del Barça se han empezado a convertir en protagonistas y dominadoras del duelo.

A pesar de todo, la defiende merengue se mantenía concentrada y preparada para lanzar contraataques y todo indicaba que la victoria blanca sería el resultado en el descanso. Aun así, en el minuto 41 Dembélé ha vuelto a centrar una pelota al área con muy buen criterio y Éder Militao, que no ha estado atento al rechazo, no ha visto que Luuk de Jong llegaba para tocar-a fortuitamente. De rebote, la esférica ha impactado contra el palo y, sin que Thibaut Courtois pudiera hacer nada para impedirlo, se ha introducido al fondo de la portería. El que parecía que sería una paliza blanca a los primeros minutos ha acabado con empate al final de la primera mitad. Hay que decir que los de Ancelotti también han hecho una, dos o incluso tres pasas atrás que explican la situación.

Cambio de cara radical

La segunda parte ha empezado con buenas noticias para los culés, puesto que Pedri González ha vuelto después de casi cuatro meses de baja. Y esto, a la vegada, también ha ido acompañado de una mejora significativa de la imagen de los azulgranas, que ha estado generalmente negativa en la primera mitad. El Barça, mucho más inspirado, ha jugado cerca del área de Courtois y ha presionado con mucho más acierto. A partir del buen fútbol, como acostumbra a pasar, han llegado ocasiones de peligro. Desgraciadamente, jefe de ellas ha estado suficiente destacada para poner en problemas el portero belga del Madrid, más allá de un chut de Pedri que ha marchado frotando el palo.

El paso de los minutos ha ido menguando la inspiración azulgrana y, el más grave, ha hecho que volvieran a aparecer las pérdidas de los jugadores de Xavi. El Barça ya no ha tenido más ocasiones de gol, pero el Madrid tampoco ha aprovechado los contraataques que ha tenido. Ha estado entonces cuando ha despertado la bestia. Karim Benzema, que había sido desaparecido durante todo el partido, ha empezado a sacar el hacia la portería de Ter Stegen después de una hora de juego. En primer lugar, se ha fabricado un chut imposible desde el interior del área que ha impactado contra el palo de forma sorprendente, puesto que parecía imposible. Poco rato más tarde, en un nuevo contracop, el francés lo ha vuelto a intentar, Ter Stegen ha hecho una gran parada, pero en el rechazo Dani Carvajal ha estado más listo que nadie y ha vuelto a centrar la pelota. El portero alemán ha vuelto a tocarla, pero ha quedado muerta a los pies de Benzema y a la tercera ya no ha perdonado.

A partir del segundo de los blancos, el Barça se ha lanzado al ataque y han entrado primero Ansu Fati y después Memphis Depay y Nico González. A tumba abierta, las únicas opciones eran el empate o la sentencia de los merengues, pero la valentía y el trabajo muy hecho han provocado que la suerte acabara sonriendo a los de Xavi. Primero, Dembélé ha avisado con dos acciones que ha perdonado en el interior del área. Después, Memphis, que hasta ahora había ido de más a menos en su corta trayectoria como azulgrana, ha luchado una pelota con más fe que otra cosa y ha forzado un córner importantísimo. En el minuto 84, el Barça lo ha servido en corto y lo ha centrado desde el vértice del área. Ansu, que está tocado por la varilla del gol, ha rematado de jefe hacia atrás y ha superado Courtois en sus narices.

La segunda parte de los azulgranas no ha tenido nada que ver con la primera y la recompensa ha estado totalmente justa. De hecho, antes del silbato final del árbitro, el Barça todavía ha tenido alguna ocasión más que el Madrid, que ha acabado cerrado en su área. El inevitable paso de los minutos, pero, ha implicado el final y la prórroga consecuente.

Massa castigo por tanta lucha

El Barça ha salido todavía más lanzado al ataque a la prórroga y los merengues, muy castigados físicamente, se han limitado a defenderse cerca de la portería para impedir el gol azulgrana. Abde ha estado quién ha tenido la ocasión más clara, pero quien ha tenido más suerte ha sido el Madrid, que en el único contracop que ha podido iniciar y con los culés muy avanzados, ha marcado. Casemiro ha conducido la pelota totalmente solo, la ha servido para Rodrygo Goes todavía más aislado y su pase en el interior del área ha ido hacia Fede Valverde, que ha rematado a placer. Justo después del gol, entre Busquets y Dembélé han estado a punto de empatar enseguida, pero Courtois ha sido más acertado y lo ha impedido.

La segunda mitad de la prórroga ha estado para los valientes. Las fuerzas estaban totalmente agotadas y el coro ha podido mucho más que las piernas. El partido, realmente, ha estado precioso para los forofos neutrales. Los jugadores del Barça, totalmente fundidos, han tenido muchas dificultades para encontrar ocasiones. Abde se ha generado un chut imposible que ha marchado frotando el palo y Ansu también ha reivindicado un penalti que realmente no ha existido. A los últimos minutos de la prórroga, el empujón azulgrana no ha estado suficiente para volver a empatar, a pesar de que al tiempo añadido Ansu Fati ha estado a punto de convertirse en leyenda con un intento de chilena que no ha entrado por los pelos. Aun así, el Madrid se ha convertido en el vencedor del clásico y el finalista de la Supercopa con el silbato del árbitro.



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