El Fútbol Club Barcelona ha conseguido un buen resultado en Frankfurt en uno de los peores partidos de la javinita desde enero. ¡Hacía muchos partidos que el equipo azulgrana no sufría tanto en un terreno de juego! Los jugadores del conjunto alemán han presionado mucho a los visitantes. Parecía que no tuvieran fondos en los pulmones. Pedri González ha sido inédito, Sergio Busquets ha tenido que arremangarse y Xavi Hernández ha sudado. Tanto es así, que después de dar una oportunidad a Adama Traoré, entró rápido en razón. En el ecuador de la segunda mitad, dio entrada a su hombre más desequilibrante: el revivido Ousmane Dembélé. Y el francés ha demostrado que vale cada euro que su representante pide a la directiva.
El campeón del mundo ha ingresado en el campo minutos después del golazo de Ansgar Knauff. Ha sido un gol muy oportuno para los alemanes: ha llegado justo antes de que sus energías empezaran a menguar. Pero este cansancio ha sido bien recibido por los de Oliver Glasner. Y es que ha sido cuando han decidido encerrarse. Si antes dificultaban la circulación azulgrana, a partir del gol en cuestión han dificultado la creación en la zona de tres cuartos de campo. Y hacía falta imaginación.
Ousmane Dembélé, el mejor guionista de Xavi
Cuando Steven Spielberg necesita imaginación, llama a los mejores guionistas de Hollywood. Y cuando Xavi Hernández necesita imaginación, acude al mejor guionista del Barça. Tras entrar por Adama Traoré, a la hora de partido, Dembélé ha escrito el título de uno de los goles de la temporada. El francés ha firmado el preludio de una doble pared preciosa entre Frenkie de Jong y Ferran Torres, que el valenciano ha culminado con un pase a la red. Mucho mérito de los dos citados, pero también del francés, que le ha servido al neerlandés un pase preciso y profundo. Una de las muchas que hacía su técnico y valedor, Xavi.
Dembélé es cada día más bueno. Todos los días más líder. Cada día más comprometido. Todos los días más salvador. En el Barça post Messi, él es el héroe. Antes ya era hábil, pero ahora también es fiable. Quien nos diría, hace cuatro años, que un técnico tiraría del mosquito para igualar un encuentro con cara de perro. Hoy ha iniciado la jugada del gol, y ha vuelto loca a la defensa alemana, con su tradicional profundidad. ¡Quién nos lo diría!
La situación contractual de Dembélé es, en estos momentos, un reloj de arena. Un reloj de arena al que le falta solo un mes y medio de competición. En una montaña rusa de negociaciones, el francés todavía no ha renovado. Después de que Xavi consiga que el barcelonismo aparque su orgullo, haciendo que los aficionados y aficionadas pasen de silbarlo a ovacionarle y que la directiva se repense el castigo que tenía pensado, ahora hace falta la estocada final.
Hace falta el último pase. Hace falta ofrecer al representante de uno de los grandes jugadores del continente, Moussa Sissoko, lo que pide. ¿Y si no se llega por la mala situación económica del club? Pues da igual, hay que perder la cabeza. Es necesario organizarse, y hacer un tsunami azulgrana. Si el Barça no puede satisfacer las pretensiones económicas de Sissoko, el barcelonismo debería ponerse de acuerdo para ello. Si el Barça no puede satisfacer las pretensiones económicas de Sissoko, el barcelonismo debe hacer un crowdfunding por Dembélé.
