El Fútbol Club Barcelona ha vuelto a perder un partido. Contra el Cádiz, se ha notado el mal estado de ánimo de la javinita. Después de encadenar una gran racha de resultados y sensaciones, los últimos días se han desinflado. Nadie ha encontrado la senda del gol, contra un portero del equipo andaluz, Jerónimo Ledesma, que lo ha detenido todo. Pero los azulgranas también jugaron contra otro factor. No decisivo, pero sí importante. Los azulgranas han hecho frente a un arbitraje pésimo de Jaime Latre.
El colegiado ha sido, para empezar, muy permisivo. Los jugadores visitantes han frenado en constantes ocasiones a los locales. En muchas de éstas lo han hecho dentro de la legalidad objetiva. Pero en otras muchas, con excesiva fuerza. Y el árbitro no ha castigado esa fuerza. ¡Y es que sólo les ha sacado una tarjeta amarilla! Por su parte, Jaime Latre se ha equivocado en varias jugadas de apreciación. Jugadas obvias como un disparo de Ousmane Dembélé que debería haber terminado en córner, las ha silbado al revés.
Después, Jaime Latre ha premiado las constantes pérdidas de tiempo del Cádiz. El equipo de Sergio González, a priori, se conformaba con puntuar. Por eso, desde el primer tiempo, han rascado segundos de todas partes. De los servicios de portería, de las faltas… ¡pero el colegiado sólo ha añadido un minuto de tiempo extra! En el segundo tiempo, y una vez los andaluces han marcado el gol, han perdido aún más tiempo. Ha añadido unos siete minutos insuficientes.
Tanto las pérdidas de tiempo como los errores de apreciación y la falta de tarjetas amarillas que ha enseñado en el Cádiz menguaron la paciencia de los azulgranas. Tanto fue así que, sumando la tesitura del mal resultado en el marcador, los locales protestaron duro. Y, en este caso, Latre sí que ha sacado amarillas: una por Ferran Torres, y una por Jordi Alba.
El árbitro, pues, no tuvo ningún error flagrante: no se tragó un penalti, no anuló de forma injusta un gol ni expulsó mal a ningún futbolista. Pero ha viajado de error en error, dejando patente el mal nivel arbitral de esta temporada en el campeonato de Liga. Una de las supuestas mejores competiciones del mundo merece tener a los mejores futbolistas, los mejores entrenadores, los mejores estadios… y los mejores árbitros. Los tres primeros casos se dan. El cuarto, no. Sí: el Barça debe mejorar. Pero el nivel de los arbitrajes también.
