El remo español ha sido noticia en los últimos días y no por ningún triunfo deportivo. Se ha dado a raíz la moción de censura que el abogado malagueño José Agustín Gómez-Raggio ha ejecutado hacia la actual presidenta de la Federación Española de Remo, Asunción Lorente. Había consenso en esta acción entre los miembros de la asamblea, que estaban descontentos con la gestión de Loriente abogando que no había cumplido con las expectativas. Pero el diario Marca hizo públicos y en su portada, antes de la votación, una serie de tweets que han hecho que los miembros en cuestión se lo repensaran y que finalmente la moción no prosperara.
En los tweets en cuestión, tweets a finales del 2021, Gómez-Raggio cargaba agresivamente contra varias personas. Se refería al líder de la oposición del gobierno español, Pablo Casado, al presidente del mismo, Pedro Sánchez, ya los chinos como «hijos de puta». Además, también profería críticas, en este caso sin insultos, al PSOE y al PP.
Posteriormente a que el diario deportivo publicara los tweets en cuestión, Gómez-Raggio se excusó con que «he nacido en España, una cultura mediterránea, heredera probablemente de la cultura grecolatina. Con esta descendencia, aquí somos personas que nos gusta estar en el foro público, en los bares… y las redes sociales son una taberna».
Sin embargo, los miembros de la asamblea ya habían dictado sentencia. Porque si hace un mes el 70% de estos era partidario de votar a Gómez-Raggio, en la votación, celebrada en el Club Natació Banyoles, ha perdido por dos votos. Ha pasado de tener un apoyo de 53 personas a recibirlo por parte de sólo 37. Por tanto, seguirá siendo la presidenta una Asunción Loriente que cree que «su perfil empaña y entorpece la labor de representación. Cada uno puede pensar el que considere, pero me parece muy desafortunado porque debemos estar bien representados».
También han opinado el Consejo Superior de Deportes (CSD) y el Comité Olímpico Español (COE). Lo han hecho tras la votación, para expresar que «resulta muy difícil de concebir es que la presidencia de una federación deportiva recaiga en una persona que insulta gravemente, a través de las redes sociales, a responsables políticos de todo signo e instituciones de todo nivel, con tuits cargados de odio. Incluso dirigidos a ciudadanos de otras nacionalidades».
