La noticia de la investigación de la Fiscalía a la empresa del exvicepresidente del Comité Técnico Arbitral (CTA) José María Enríquez Negreira por varios pagos del Fútbol Club Barcelona ha trastornado el mundo del fútbol. Tanto es así, que un partidazo como el Barça-Manchester United de la Europa League apetece menos y, como culé, aparecen muchísimas preguntas con respuestas inciertas. Algunas te reafirman en varias certezas que habías tenido claras desde hacía años, pero hay otras que hacen tambalear los cimientos de tu relación con el club.
Las mentiras de la prensa de Madrid sobre el caso del Barça y los árbitros
La primera pregunta, por la manera con la que se ha distribuido esta información y la interpretación que se ha hecho desde Madrid, es casi la misma para todo el mundo: el Barça ha hecho trampas y ha comprado árbitros para ganar partidos? La respuesta también es bastante sencilla: no. Por mucho que esto no se pueda asegurar al 100%, como casi nada en el mundo, este caso no tiene nada que ver con comprar partidos. Enríquez Negreira, a pesar de ser vicepresidente del CTA en su día, no tenía ninguna influencia en las designaciones arbitrales, según han confirmado muchos de sus compañeros de aquella época. También es evidente cuando, en uno de los años investigados, en la Liga de la temporada 2016-2017, el Barça perdió la competición por un gol muy mal anulado en el Benito Villamarín.
Por lo tanto, cuando aparecen medios de Madrid esgrimiendo la normativa de LaLiga y de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y diciendo que el Barça tendría que bajar a Segunda División por haber comprado partidos, están mintiendo de manera flagrante. De hecho, Joan Laporta, actual presidente de la entidad azulgrana, ya ha dejado muy claro que el club no dudará en querellarse contra aquellos que malogren de manera intencionada la imagen y la honorabilidad de la institución. La prensa de Madrid ha cogido la máxima de
Las verdades que harían daño a los culés en caso de que se demostraran
Ahora bien, el mismo Laporta tampoco ha negado que la empresa de Enríquez Negreira, mientras él era vicepresidente del CTA, proveyó al Barça de informes arbitrales. No hay ningún problema en recibir documentos que analicen el comportamiento de los árbitros, sin embargo, que lo haga una empresa de una persona que forma parte del CTA sí que podría incurrir en un conflicto de intereses. Utilizaba Enríquez Negreira informaciones reservadas para informar al Barça al respecto? Se aprovechaba de su cargo para dotar al club azulgrana de una información que no habría podido obtener de ninguna otra manera? Algunos compañeros suyos de la época apuntan que los tiros podrían ir por aquí.
No hay ningún tipo de duda de que hay una diferencia abismal entre esto y que el Barça pagara a Enríquez Negreira para ganar partidos, designar árbitros favorables u otros aspectos que han asegurado sin miramientos periodistas españoles y que son mentiras flagrantes. Aún así, como culé, duele pensar que el Barça se haya podido aprovechar de informaciones reservadas y confidenciales para obtener conocimientos sobre los árbitros. El club azulgrana y su afición siempre han ondeado la bandera de los valores y, obviamente, esto no contribuye al fair play, por mucho que no sea ningún delito, y sobre todo si se hizo entre 2001, aproximadamente, y 2018.
A pesar de todo, vender la idea que el Barça es el mal absoluto por haber hecho esto también es aprovecharse de la ocasión de manera totalmente deshonesta. No hay que recordar todas las veces que el Real Madrid ha sido favorecido por los árbitros. Es evidente que es más fácil señalarle un penalti dudoso a favor a un equipo grande como el Barça o el Madrid que a cualquier otro equipo. Pero no solo esto. Ya están empezando a aparecer las primeras voces que aseguran que, esto que ha hecho el Barça durante tantos años, lo hacen todos los grandes clubes. En RAC1, por ejemplo, se ha mencionado un directivo del Espanyol que lo ha explicado de manera privada. Y no hay que ir al secretismo, es público que el Real Madrid fichó al árbitro Megía Dávila justo cuando se acababa de retirar para obtener informaciones que tampoco podría haber obtenido de ninguna otra forma.