La UEFA se plantea castigar muy severamente a Francia tras el esperpento que se vivió en su capital el pasado sábado, en la previa de la final de la Champions League que el Real Madrid ganó en Liverpool. El máximo organismo continental del fútbol podría dejar al país vecino sin organizar eventos de esta magnitud durante mucho tiempo.
Así lo ha informado la emisora francesa de radio RTL. Según esta, la propia UEFA apunta a dos bandas como culpables de la nefasta situación. En primer lugar, en la Federación Francesa de Fútbol (FFF), como responsable de la organización del evento. Y en segundo, en el consorcio del Stade de France, que era el organismo encargado de movilizar a los y las guardas de seguridad y comisarios para el partido.
La UEFA, pues, estaría furiosa y pretendería dejar tanto la ciudad de París como el país entero sin este tipo de eventos. Por tanto, los franceses deberían esperar muchos años para volver a albergar finales europeas e incluso torneos continentales. Más allá de esta final disputada en París (inicialmente se tenía que jugar enSan Petersburgo, pero se cambió su para sancionar a Rusia debido al conflicto bélico que protagoniza el país en Ucrania), últimamente Francia también ha organizado la Eurocopa del año 2016. Antes, albergó la final de la Champions del año 2006, que ganó el Barça de Ronaldinho.
Miles de aficionados intentaron acceder al estadio con entradas falsas
Unas represalias duras, pero a la altura de lo ocurrido en el barrio de Sant Denis el día del partido decisivo. Tal y como ha explicado la UEFA, «antes del inicio del partido los turnos de la zona del Liverpool fueron bloqueados por miles de aficionados que habían comprado entradas falsas». Concretamente, habría habido unos 40.000 aficionados ingleses con entradas falsas, o directamente sin entrada, que intentaron echar por el derecho y entrar. Muchos de estos aficionados se pusieron nerviosos, y la policía intervino utilizando gas pimienta.
Llegó a este extremo después de que muchos de los aficionados en cuestión hubieran eludido el primer anillo del control de seguridad, situado en la calle, para rondar los alrededores del estadio de la final. Incluso hubieron problemas más allá: en los transportes públicos, en las calles y en las carreteras. De hecho, incluso el autocar del Liverpool llegó con mucho retraso al encuentro.