El Chelsea Football Club ha cambiado de rumbo esta temporada de forma significativa. Se ha acabado la etapa del magnate ruso Roman Abramóvich en su propiedad, después de dos décadas triunfales, y de los problemas institucionales que se estaban dando a consecuencia de la invasión de Rusia en Ucrania, y ha empezado una nueva. Lo ha hecho con el multimillonario empresario estadounidense Todd Boehly al frente. Después de una fortísima inversión para fichar grandes estrellas, el proyecto se está estrellando.
Contando las dos ventanas de fichajes de esta temporada, los blues han invertido en fichajes, sin contar las ventas, la bestialidad de 600 millones de euros. Para comparar, el Real Madrid gastó 250 millones durante el verano de 2009, que fue lo del retorno de Florentino Pérez a la presidencia, y el de las llegadas de Cristiano Ronaldo o Kaká.
Los londinenses han destinado este dinero a fichar estrellas emergentes como el campeón del mundo Enzo Fernández, Mykhaylo Mudryk, Kalidou Koulibaly, Marc Cucurella o el cedido Joao Felix. Pues bien, desde que se ha cerrado la ventana invernal, el club no levanta la cabeza. Ha ganado un solo partido… ¡de once posibles! Es una cifra horrible, que se complementa con cuatro empates y seis derrotas.
Nueva derrota, contra el Tottenham, que deja al Chelsea lejos de Europa
La última derrota se ha dado este fin de semana. Este domingo, en uno de los derbis londinenses, contra el Tottenham Hotspur, han caído derrotados por 2-0. Ha sido un partido igualado, que el joven mediocampista Oliver Skipp ha abierto con un gol al inicio del segundo tiempo, y que el gran Harry Kane ha sentenciado, a pocos minutos para el final.
El técnico, Graham Potter, ha hecho jugar al ex azulgrana Pierre-Emerick Aubameyang, solo ocho minutos, y después de haberlo dejado fuera de las últimas cuatro convocatorias. Un hecho que demuestra que no hay nadie al volante. Joao Felix y Raheem Sterling no han podido conectar, mientras que Hakim Ziyech ha llegado a ver una tarjeta roja que el árbitro ha acabado cambiando por una amarilla, después de revisar el VAR.

Así las cosas, los bicampeones de Europa quedan en una situación muy comprometida. Ocupan la décima posición en la clasificación de la Premier League, a catorce puntos de las posiciones de la UEFA Champions League que marcan precisamente los Spurs (con un partido más), y a diez del descenso. No se espera que bajen de categoría, pero las diferencias son llamativas.
Actualmente están vivos en la Champions, pero tendrán que remontar: perdieron la ida de los octavos de final al Signal Iduna Park, contra el Borussia Dortmund, por 1-0. Sin opciones en la FA Cup ni en la Carabao Cup, corren el peligro de acabar en blanco la temporada y de acabarla fuera de las posiciones europeas. Y, por supuesto, no tiene pinta que Graham Potter, la gran apuesta de Boehly en detrimento de Thomas Tuchel, vaya a continuar en el banquillo mucho tiempo más.





