Los aficionados argentinos convierten Barcelona en Buenos Aires

«Muchachos
Ahora nos volvimos a ilusionar
Quiero ganar la tercera
Quiero ser campeón mundial
Y al Diego
Desde lo cielo lo podemos ver
Con Don Diego y con La Tota
Alentándolo a Lionel«

Este himno no oficial de la selección argentina ha resonado en la ciudad de Barcelona desde poco antes de las 20h de este martes 13 de diciembre, hora en la cual ha empezado su duelo contra Croacia en las semifinales del Mundial, y hasta altas horas de la madrugada. Desde el inicio de esta Copa del Mundo de Qatar, los aficionados de la selección argentina (muchos de ellos argentinos, pero también con una grandísima representación de catalanes) han tomado la zona de la Vila Olímpica, el Parc de la Ciutadella y el Fort Pienc y lo han convertido en una pequeña Buenos Aires, Rosario, Córdoba o Mar del Plata. Como no podía ser de otro modo, el triunfo contra los croatas, que ha conducido a Argentina a la final del Mundial, ha desatado la locura y los colores de la albiceleste han teñido toda esta zona de la capital catalana.

Así se ha vivido la victoria de la selección argentina en Barcelona

No había ninguna duda que se trataba de una cita histórica para la selección argentina. En los bares habituales de Barcelona de los forofos de lo albiceleste, la Oveja Negra de Marina, el Latin Palace o el Deixis 724, la emoción para encontrarse en unas semifinales del Mundial se mezclaban con unos nervios incontrolables durante las horas y los minutos anteriores al silbato inicial del árbitro. Durante el primer tramo del partido, con el juego dominado por los croatas, los nervios han dado a la preocupación, pero esto ha cambiado de repente. Los cinco minutos de locura desde el gol de penalti de Messi hasta el slalom de Julián Álvarez que ha acabado con el segundo de los argentinos han servido para rebajar la tensión y llegar al descanso habiéndose sacado un gran peso de sobre. Al descanso, si bien con la boca pequeña todo el mundo decía que no había que cantar victoria, ya se sentían cánticos que vaticinaban la clasificación para la final del Mundial.

En la segunda mitad, y viendo que la selección croata bajaba los brazos, la tensión que se había vivido hasta el momento en todos estos bares ha dejado lugar a una alegría y una felicidad que han encontrado el cenit en la jugada sensacional de Messi que ya es historia de los Mundiales. Su baile a Josko Gvardiol, mejor central de la competición, y su asistencia a Julián Álvarez han rendido la afición a los pies del exjugador del Fútbol Club Barcelona y su nombre se ha coreado continuamente. Con el silbato final del árbitro, los forofos argentinos ya han empezado a pensar en la final, si bien también ha llegado el momento de la celebración mayor.

Desde todos los bares de estos barrios barceloneses se han iniciado procesiones hacia el lugar que ya se ha convertido en lo Canaletas particular de la selección argentina en la Ciudad Condal: el Paseo de Lluís Companys y el Arco de Triunfo. La fiesta ha empezado justo después del final del partido, pero se ha alargado hasta altas horas de la madrugada. Banderas argentinas enormes ondeaban desde las farolas tan características de este paseo y miles de personas, la gran mayoría de ellas con la camiseta albiceleste no han dejado de cantar en ningún momento. Con un civismo ejemplar, el cántico de «Muchachos, ahora noes volvimos a ilusionar» se iniciaba cada dos por tres y cada vez sonaba más alto y con más ganas que el anterior.