Ángel María Villar es uno de los grandes señalados del Mundial catarí. El vasco es conocido, por un lado, por su carrera como futbolista. destaca especialmente su trayectoria de diez temporadas en la Athletic Club, durante los años setenta. Después, una vez retirada, aconteció presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), durante treinta años (entre 1988 y 2017). La dejó inmerso en muchas polémicas. Y una de estas es la que protagonizó con la FIFA, y con la Copa del Mundo qatariana.
En pocas palabras, muchas voces apuntan que Villar fue uno de los responsables que la FIFA otorgara el Mundial en Qatar de manera corrupta, si bien esto nunca ha podido quedar demostrado. Según el diario ABC, cuando se celebró la votación, Villar hizo un trato con los responsables de la candidatura qatariana: él se encargaba de recoger votos de los miembros iberoamericanos, y a cambio recibía apoyo porque el Mundial de 2018 fuera a parar a manos de España. Finalmente pasó el primero, pero no el segundo, puesto que la Rusia de Vladímir Putin se acabó imponiendo.
A efectos prácticos, Villar no solo ha sido investigado por la justicia. También ha recibido una multa. Cuando los casos de corrupción estallaron, la FIFA abrió una investigación para esclarecer los hechos. O, como mínimo, para lavarse las manos. En este sentido, investigó Villar, que en aquella época también era vicepresidente de la FIFA (y de la UEFA).
Villar se negó a colaborar cuando la FIFA investigó la corrupción del caso catarí
Pues bien, Villar directamente se negó a colaborar. Michael García, fiscal e instructor del comité ético de la FIFA, lo citó para que declarara, y Villar se negó a hacerlo y además preguntó al mencionado García quien había iniciado el procedimiento y en virtud de qué hechos tenía que atestiguar. Incluso lo intentó recusar, abogando que no era imparcial para ser estadounidense (teniendo en cuenta que los Estados Unidos han estado inmersos en el escándalo de la FIFA en calidad de víctima).
Al final, como informó la ABC, Villar acabó declarando, pero ya era demasiado tarde para evitar la multa para negarse a colaborar. Esta multa fue de 23.000 euros. Si Villar no recibió jefe otro castigo fue porque el fiscal no pudo demostrar ninguna evidencia de la corrupción. Es decir, no pudo probar que había un trasiego de votos organizado por Villar.