El 22 de junio de 1986 el mundo del fútbol presenció uno de los mejores partidos de la historia. Se disputaba el Mundial de fútbol masculino en México, y corría la ronda de los cuartos de final. Aquel veraniego día se disputaba, en el estadio Azteca, un encuentro que trascendía las fronteras del fútbol. Argentina contra Inglaterra. Dos equipos nacionales que representaban a países que años atrás habían estado en guerra, a raíz de la isla de las Malvinas. Además ambos conjuntos eran favoritos para ganar el torneo. Había muchos alicientes. La presencia del mejor futbolista del momento era uno de ellos. Diego Armando Maradona ya bailaba en los campos de fútbol, y pretendía hacerlo contra los británicos.
Maradona hizo todo lo que se puede hacer en un campo de fútbol. Y todo lo que nadie imaginaba que podría hacerse. Lo que nunca se había hecho y lo que nunca pensaba que se haría. Después de una primera mitad que acabó con tablas en el marcador, Diego salió muy enchufado en la reanudación. Tanto es así, que a los seis minutos marcó el gol más icónico de la historia. En una época sin VAR, y mientras el balón le llovía en el área del portero Peter Shilton, el 10 impactó el balón con la mano, simulando que lo hacía con la cabeza para engañar al árbitro y el asistente, y de este modo avanzar a los suyos. Toda Inglaterra vio a la picaresca de Maradona, pero no al colegiado. ¡La mano de Dios!
Con el 1-0, se enchufó aún más. Y del tanto más icónico de la historia, pasó al gol más mítico. Aquel conocido como gol del siglo. Habiendo controlado el balón en medio del campo, regateó a todos los rivales que le salieron al paso, portero incluido, y puso tierra de por medio. Bailó con los ingleses y dio una estocada muy dura. Solo el también ex jugador del Fútbol Club Barcelona Gary Lineker pudo maquillar el resultado y ponerle emoción, con un gol a cinco minutos del final. Pero el partido terminó con victoria de la albiceleste, que en las semifinales derrotó a Bélgica, y en la final a Alemania.
El exfutbolista inglés Steve Hodge subasta la camiseta de Maradona de ese día
Ahora, sin embargo, ha trascendido una noticia muy impactante del citado encuentro entre sudamericanos y europeos. Entre la nómina de jugadores ingleses había uno de 23 años, Steve Hodge, que, pese a la derrota, quedó maravillado por el rendimiento del jugador entonces del Nápoles. Tanto fue así, que una vez terminó el partido, le pidió la camiseta en el clásico acto de intercambio de camisetas futbolístico. Maradona accedió, y de esta forma, Hodge pasó a poseer la camiseta más icónica de la historia. La camiseta con la que una estrella acababa de realizar la actuación que se explica de generación en generación como si fuera el cuento de la caperucita roja.
Hasta ahora, la camiseta estaba expuesta en el Museo Nacional de Fútbol de Manchester. Desde 2003… hasta ahora. Y es que Hodge, después de negar su intención de vender el artículo en varias entrevistas, ahora ha accedido. Lo ha hecho a través de la casa de subastas Sotheby’s. A través de internet, ésta abrirá, entre el 20 de abril y el 4 de mayo, un plazo en el que se escucharán ofertas. Esperan conseguir alrededor de 7 millones de euros. Probablemente, les vale.
