Vuelven a resonar los fatales ecos de Hillsborough y Heysel en el mundo del fútbol. Una nueva avalancha humana ha causado una tragedia en la Copa África, donde de momento se tienen que contar un mínimo de ocho muertos y unos cuarenta heridos. Los hechos han ocurrido en el estadio Paul Biya de Yaundé, capital de Camerún, país que organiza esta competición. Cuando faltaban tres cuartos de hora por el inicio del duelo entre las islas Comoras y el mismo Camerún de los octavos de final, miles de aficionados se han lanzado contra las puertas del estadio, que todavía estaban cerradas, y ha sido entonces cuando se ha producido la avalancha humana. De forma incomprensible, el partido se ha disputado de todos modos y ha acabado con victoria local.
Patrice Motsepe, presidente de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) ha anunciado una rueda de prensa urgente para explicar qué ha ocurrido exactamente en Yaundé y por qué motivo no se ha suspendido el partido. También actualizará la situación, puesto que el número de muertos podría ser superior al que se ha conocido hasta el momento. La CAF, por ahora, responsabiliza al gobierno del Camerún y a los organizadores locales.
No se vivía una tragedia de esta magnitud en el mundo del fútbol desde el caso de Puerto Saïd, en Egipto, cuando en 2012 perdieron la vida hasta 74 personas y un millar resultaron heridas por el ataque de unos aficionados contra los seguidores rivales. A pesar de que las avalanchas de Heysel, donde murieron 39 personas, y Hillsborough, donde murieron 96, son algunas de las más recordadas de la historia de este deporte, hay que destacar que las más graves han sido otras. En 1982 murieron hasta 300 personas en Moscú y en 1964 fueron hasta 400 en Lima. En ambas ocasiones hubo estampidas humanas causadas a partir de una situación de pánico en los respectivos estadios.
