Después de unos años de derbis descafeinados, el último Espanyol-Barça ha sido uno de los más calientes que se recuerdan. Los pericos tuvieron en sus manos la victoria, que habría sido histórica, puesto que habría significado la primera en Liga en Cornellà-El Prat contra el eterno rival. Aun así, un gol de Luuk de Jong en el último minuto del tiempo añadido frustró la fiesta blanquiazul. Todo este contexto provocó que el último tramo del duelo se encendiera muchísimo, hasta el punto que tres jugadores acabaron expulsados por acciones antideportivas: Gerard Piqué, Nico Melamed y Manu Morlanes.
Ahora bien, el nombre más destacado de esta tangana final no recibió ni una tarjeta amarilla. Se trata de Ronald Araujo, quien tuvo un gesto que indignó a la grada del Espanyol. En estos instantes finales, el defensa central uruguayo, que se marchó lesionado y estaba en el banquillo, se dirigió a los suplentes y técnicos pericos y les increpó diciéndolos que bajarían a Segunda División y enseñando dos dedos de su mano, con un símbolo que iba en esta misma dirección. Esto encendió al público perico y Araujo también se dirigió a la afición.
Con el partido acabado y las revoluciones más bajas, Araujo ha redactado un comunicado que ha compartido en sus redes sociales donde pide disculpas a «la gente de la Espanyol» por su comportamiento. El central uruguayo califica su gesto de «desafortunado» y se escuda en «la tensión de un derbi tan disputado como el de hoy». Finaliza su escrito diciendo que «me considero una persona respetuosa con los aficionados y clubes rivales y por eso no me siento orgulloso».
Este comunicado ha sido recibido con bastante aceptación por parte de la afición blanquiazul, pero no ha pasado lo mismo con los azulgranas. En líneas generales, las respuestas más aplaudidas en la publicación de Araujo han sido aquellas que pedían al jugador que no se disculpara, puesto que consideran que hizo lo que tocaba. El argumento generalizado es que los aficionados del Espanyol «no merecen respeto», cosa que refleja la gran tensión que ha tenido este derbi. Cómo pasa habitualmente, cánticos machistas y racistas por parte del graderío blanquiazul se han repetido constantemente, sobre todo contra Gerard Piqué y su familia.