La expulsión de Robert Lewandowski en el Sadar, en la última jornada antes del parón del Mundial, todavía trae cola. Gil Manzano expulsó al ariete polaco por doble tarjeta amarilla y, además, reflejó en el acta que el jugador había hecho unos gestos reprobando su decisión. Ante eso, se le sancionó con tres partidos: uno por la expulsión y dos más por el gesto. El ex del Bayern de Múnich ya explicó que se trataba de un gesto dirigido a Xavi Hernández y que en Polonia quiere decir «prepotencia», puesto que la actitud de Manzano no le había gustado. En todo caso, ni el Comité de Competición ni tampoco el de Apelación han hecho caso a las quejas del Barça y se han mantenido firmes en la sanción. El último recurso que les queda a los culés es protestar ante la última instancia deportiva, el TAD. La intención del club es que les concedan la suspensión cautelar de la sanción hasta que se resuelva adecuadamente.
Una baja muy sensible para Xavi
La baja de Lewandowski no es una cualquiera. El delantero polaco es vital para los azulgranas y es lógico que Xavi Hernández haya pedido que se haga lo posible para que pueda jugar. Ahora bien, habiendo rechazado los recursos presentados hasta ahora, parece difícil que el TAD considere las peticiones del Barça. Para que accediera a suspender temporalmente la sanción impuesta, el Barça tendría que demostrar muy bien que cumplir la suspensión en estos momentos causaría «un mal irreparable al club y también al jugador». Es muy complicado de demostrar y el TAD solo lo considera en casos totalmente excepcionales. Xavi tendrá que usar el ingenio para suplir la baja del polaco contra Espanyol, Getafe y, sobre todo, Atlético de Madrid.

Uno de los fichajes de la década en clave azulgrana
Lewandowski lleva esta temporada diecinueve goles en dieciocho partidos disputados con el Barça, entre Liga y UEFA Champions League. Los números hablan por ellos mismos, pero no son solo goles lo que aporta el polaco en el Barça. Con su experiencia y determinación, contagia al equipo y aconseja a los más jóvenes, provocando que las ganas de ganar dentro de la plantilla sean todavía más grandes. Su fichaje ha sido balsámico para que los culés sean líderes en la competición nacional, pero no ha sido suficiente para enderezar el rumbo en Europa. Ahora bien, el ex del Bayern ha aportado un salto cualitativo enorme a una plantilla joven y en construcción.