Robert Lewandowski, jugador del Fútbol Club Barcelona, ha vivido este pasado domingo su primer clásico oficial. El polaco, con experiencia al marcar goles en el Real Madrid, llegaba al Santiago Bernabéu como la principal amenaza ofensiva de los azulgranas. Sin embargo, siempre estuvo bien defendido y no pudo demostrar su calidad. Una vez consumada la decepción de la derrota, ha compartido en sus redes sociales un mensaje dirigido a los culés.
«Hoy duele, pero mañana nos hará trabajar más», ha escrito en una publicación en su cuenta de Instagram, acompañando una imagen suya durante el encuentro. Unas palabras que demuestran que el jugador está dolido por la derrota, dado que el clásico es el partido que más esperan los jugadores que fichan por el Barça y por el Madrid, pero que servirá para elevar el listón culé.
Unas palabras, pues, que desprenden la profesionalidad y el liderazgo que caracterizan a Lewandowski. Y es que más allá de su calidad con la pelota en los pies, como el presidente Joan Laporta ha destacado recientemente en una entrevista en Barça TV, “además del talento, nos aporta profesionalidad y credibilidad. Tiene una actitud de liderazgo que me gusta mucho, se está integrando muy bien».
El partido de Lewandowski en el Bernabéu
En el clásico, como se ha dicho, Lewandowski tuvo pocas opciones para demostrar ese talento. El marcaje que le hizo el defensa madridista Eder Militao estuvo muy acertado. El polaco, pues, apenas pudo lucir. Solo tuvo un remate claro, tras un pase de Raphinha, que envió muy alto cuando tenía la portería vacía, si bien estaba escorado, forzado y, además, en una posición de fuera de juego, que habría terminado anulando el gol en caso de que la pelota hubiera entrado.
Por otra parte, el ex jugador del Bayern de Múnich participó en el único gol azulgrana, ya que, tras la increíble jugada de Ansu Fati, tocó ligeramente el balón antes de que le llegara a Ferran Torres. Por tanto, se adjudicó la asistencia. Además, antes, había protagonizado la jugada más polémica de la contienda, ya que, mientras conducía un balón dentro del área del portero Andriy Lunin, el lateral blanco Dani Carvajallo embistió, si bien el árbitro permitió que el juego continuara y por tanto no pitó penalti.