El resultado final del primer derbi de la temporada no ha dejado nada contentos a los azulgranas. El Barça ha disfrutado de la posesión del balón, de las mejores ocasiones y del respaldo del público, pero no ha sido suficiente para vencer a un Espanyol que ha tenido suficiente con un gol de penalti para llevarse un punto del Spotify Camp Nou. Las esperanzas culés pasaban, como no podía ser de otro modo, por Robert Lewandowski, la estrella indiscutible de este equipo. Pues el delantero polaco se ha mostrado errático y desacertado, como si todavía no fuera consciente que al final lo han dejado jugar. Habrá que recuperar la mejor versión de ‘Lewy’ -y de todo el equipo- si se quiere luchar por algún título esta campaña.
Un día para olvidar para el polaco
El primer gol del partido, obra de Marcos Alonso, ha llegado después de un desafortunado remate de Lewandowski, que ha acabado tocando Andreas Christensen y rematante a gol el ex de la Fiorentina. Esta acción ya presentía cómo podía ser la actuación del polaco. Es cierto que, a partir del primer gol, el ex del Bayern de Múnich no ha disfrutado de demasiadas ocasiones, porque el rendimiento del equipo ha disminuido de forma notable. Ahora bien, también es verdad que las jugadas más peligrosas han acabado en sus botas y no ha rematado con acierto. La más clara, pocos minutos antes del final, ha sido un remate de cabeza que ha salido desviado por poco a la izquierda de Álvaro Fernández. Hará falta que Lewandowski afine la puntería si la sanción se lo acaba permitiendo.

La medida cautelar ha hecho enfadar a los pericos
Quien sabe si la justicia ordinaria no hubiera suspendido la sanción a Lewandowski, quizás el derbi no habría sido tan ‘caliente’. La decisión de aplicar una medida cautelar ha hecho enfadar de lo lindo a los pericos, que se han presentado en el Camp Nou con el «cuchillo entre los dientes» y sin representación institucional. La primera mitad ya ha acabado con dos tarjetas por cabeza, pero en la segunda el juego se ha descontrolado totalmente. Además, si a esto le sumas una actuación dantesca del protagonista del encuentro, Mateu Lahoz, el espectáculo es del todo delirante. Tantas reacciones y tantas protestas por el «perdón» a Lewandowski, para que al final la actuación del polaco sea del todo intrascendente y el partido lo acabe condicionando un árbitro. Curioso, cuando menos.