El Trofeo Joan Gamper es ese momento del verano en el que, más allá de que el Fútbol Club Barcelona luche por levantar el título, sus futbolistas aprovechan para presentarse. Lo hacen las estrellas consolidadas, para devolver el cariño del público con una buena actuación y demostrar que han regresado en forma después de las vacaciones, lo hacen las jóvenes promesas, pero levantar el dedo y demostrar al entrenador que puede contar con ellos, y lo hacen los nuevos fichajes. Más allá de las sublimes actuaciones de Robert Lewandowski y Raphinha y de los buenos minutos de Jules Koundé, hubo otro que también brilló ante el Pumas: Franck Kessié.
El marfileño entró en el descanso de la contienda. Tuvo cuarenta y cinco minutos para presentarse con su nueva afición y lo hizo divinamente. Demostró que es consciente del lugar en el que está. De su oportunidad. Mientras disputaba la Serie A italiana con el Milan, y antes de ganarla, Xavi Hernández se fijó en él y le reclutó en su proyecto. No se equivocó.
Kessié, un todocampista
El futbolista entró con toda la intensidad del mundo. Estaba en todas partes. Teóricamente ejercía como interior, acompañando a Frenkie de Jong y Nico González en medio del campo. Pero también aparecía en posiciones de extremo, cuando Pierre-Emerick Aubameyang se incorporaba al centro o simplemente cuando era necesario presionar la salida mexicana. En defensa sudó y en la creación enamoró.
Il Presidente siempre fue una gran solución en la salida del balón. Demostró que el balón no le quemaba y lo hizo muy bien en esa tarea. Rápidamente se notó cómo sus compañeros le buscaban. De hecho, se convirtió en un gran socio del citado De Jong, experto en esta materia. El Pumas casi nunca fue capaz de robar un solo balón en ataque, en detrimento del magnífico Kessié.
Un Kessié que, incluso, dejó su firma en los registros del partido. El también ex jugador del Sassuolo asistió en el último gol de la noche, en Aubameyang. En una jugada por la izquierda, Lewandowski volvió a encontrar un agujero que Kessié atacó. Viniendo desde atrás, el centrocampista entró en el área como un ferrocarril y cedió hacia dentro, para que el delantero gabonés redondeara la noche. Y para que Kessié acabara de demostrar que será una opción de garantías para Xavi, a la hora de elegir su centro del campo.