Pocas veces en un partido de fútbol hay un jugador que salga tan señalado como es el caso de Jordi Alba después de la eliminación del Fútbol Club Barcelona en los octavos de final de la Copa a manos del Athletic Club. El lateral del Hospitalet de Llobregat ha quedado retratado en dos de los goles de los leones, los cuales se puede considerar, directamente, que han sido culpa suya, mientras que en otras muchas jugadas también ha permitido acciones de peligro de los vascos, las cuales no han acabado dentro de la portería porque Ter Stegen ha estado mejor que en otros partidos del primer tramo de temporada.
Ahora bien, no se puede hablar del nefasto partido de Jordi Alba sin mencionar la bestialidad de Nico Williams. El hermano del ya consolidado Iñaki se ha graduado con un auténtico espectáculo por la banda derecha. El joven extremo vasco le ha hecho un traje a medida a Alba en casi todos los duelos que han competido. Lo más flagrante es que el lateral azulgrana tendría que destacar, entre otras cosas, por su velocidad, pero Nico Williams lo ha destrozado en este sentido. En la acción del primer gol del Athletic, la comparación entre los dos se asimila a la de un Seat 600 contra un Fórmula 1.
Además, Alba ha cometido errores inexplicables de un futbolista de su experiencia, como por ejemplo las manos que han provocado el penalti de la victoria de los vascos a la prórroga. Con todo, si ya sabíamos que el del Hospitalet ya no es el mismo de temporadas anteriores, este partido hace que se lo ponga la lupa encima. Si bien las vacas sagradas y los jugadores veteranos están bajando el rendimiento por fuerza, por el paso del tiempo, el caso de Alba se ha acentuado por la marcha de Leo Messi. La conexión que había entre ambos futbolistas era especial y uno hacía que el otro fuera un jugador mucho mejor cuando se encontraban sobre el terreno de juego. Si no se readapta, el Barça le tendrá que buscar un sustituto en la banda.
