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Laporta: «Cuanto más conoces a Cruyff más le admiras y más le quieres»

Joan Laporta fue presidente del Barça entre los años 2003 y 2010. Durante su mandato, Johan Cruyff se convirtió en una de las personas més trascendentes para lograr el èxit deportivo. Amigo personal del abogado barceloní desde la defunció del exdirectivo Armand Carabén, el exjugador y entrenador holandès se posicionó claramente a la banda laportista, la de los téòricos débiles després de la larga etapa de Josep Lluís Núñez a la lonja del Camp Nou, y decidió ayudar los impulsores del Elefante Azul en su nueva aventura iniciada el verano del 2003. Laporta recuerda, en una entrevista con El Món -de la cual se publica la primera de dos partes-, cuál fue la influència ejercida por Cruyff en su trajectòría personal y profesional.

Como conoció a Johan Cruyff?

Por primera vez en mi vida, lo voy conoèixer cuando tenía 11 o 12 años, jugando al torneo social del Barça. Nos hicieron cambiar al vestuario del primer equipo y ellos entraron. Entonces nos quedamos y los pedimos autògrafos. També recuerdo que marcharon en autocar y nosotros los perseguimos. Johan era al final y saludó. Pensáis que era, por nosotros, como conoèixer Messi. Era el mejor del món y por los culés fue bestial, perquè ganamos la Liga, con el 0-5 al Bernabéuno y un juego espectacular. Ajoò era una revolució, perquè significó aires de modernidad en una sociedad que era ramplona. En Barcelona, como ciudad de vanguardia, ya xuclàvem de los aires que venían de Europa. Porò ajoò era una realidad, había venido un Europeo lleno de libertad.

Este paso de ídolo a amigo fue en la etapa Elefante Azul?

Ídolo lo ha sido siempre, però la amistad viene a partir de la muerte de Armand Carabén, una rehacerència como persona como lo fueron el padre, el mismo Johan y Mossèn Bailarín. Armand le había dicho a Johan que, por cualquier problema que tingués, podía confiar en mí. El día del entierro de Armand, Johan se me acercó y me dijo que quería hablar conmigo, que Armand le había recomendado. Por un lado me emocioné, perquè vi como un amigo no nombreés confiaba en mí sinó que le había dicho a Johan que també lo hiciera, porò a la vez dudaba de pensar que si lo conocía quizás me caería el mito. No me cayó el mito, de ninguna forma, al inrevés. Cuando més lo conoces més te gusta, més lo admiras y més lo estimas.

Conoèixer-lo le hizo ampliar el concepto de genio?

Johan, en todo su comportamiento, carisma y forma de ser era genial. Tenía toques de genio, dentro de una persona muy centrada, porò tenía ideas que te hacían pensar. A més, como que era valiendo y no nombreés le gustaba hablar, sinó també hacer, el admiràvem cada vez més. A banda, a medida que ves su vertiente humana, lo estimas. Esta mezcla de estimació y admiració era una sensació muy bonita. Me sentía un privilegiado. A més, Johan rebasaba de ser una persona como todos, perquè tenía una dimensió pública e internacional. Anés donde anés era reconocido. Él nunca dejó de ser de este modo, planer, porò sabía moverse en este món. Como que era una ànima libre y decía lo què pensaba, se produïa una situació que sabía llevar mucho bé. Era consciente que sus opiniones eran de rehacerència. Això sí, no tenía límits al decir o hacer algo. Y si lo hacía y te apuntabas, era exigente para hacerlo. Y no había excusas.

Joan Laporta, durante la entrevista con ‘El Món’ | Jordi Borràs

Le hacía caso en todos los consejos que le daba o recuerda algún de especial que no tiroés adelante?

A ver, cuando pides un consejo, generalmente és perquè generalmente ya has elaborado una posible decisió y, en la hora de tomarla, quieres conoèixer el parecer de varias personas. Johan, para mí, era una persona muy importante para saber què pensaba sobre determinadas qüestions. Con el tema fútbol le seguí todas. Precisamente la de fichar a Roger le hizo a Txiki, no a mí, y fue perquè le tenía una grande paseó. Era un jugador que, por otro lado, él sacó del equipo. En general, todas las opiniones que le pedí eran importantes, algún tema personal, algún tema de entrenadores. En todas las decisiones importantes quería saber què pensaba Johan y, generalmente, ya iba decidido a seguir el què él digués. Él sabía mucho més que yo.

Qué fue la vez que lo sorprendió més en un consejo?

Sorprender no, perquè yo pensaba bastando cómo él. El què pasa és que él tenía aquel punto de genialidad, te daba una raó por la cual te animaba més a hacerlo. Le comenté el tema de UNICEF y me sorprendió que, habiendo estado jugador de fútbol y entrenador, en sabés. Sabía lo què significaba, simplemente perquè siempre ha tenido una especial sensibilidad por las personas vulnerable. Le expuse y me dijo que era una magnímete idea. També recuerdo algún jugador, como Edgar Davids. Havíme de coger un jugador de la Juventus hasta final de temporada, Frank [Rijkaard] estaba muy decidido, porò hicimos una reunió ràpida para saber què pensaba Johan. Él era un genio, porò no sabía què le esteàvem a punto de decir, porò era un hombre ràpid y no le tenías que explicar las cosas dos veces. Enseguida veía por donde iba todo el mundo. Recuerdo que se quedó pensante y nos dijo que era una buena idea perquè nos equilibraría el equipo.

Cruyff tuvo influència en el paso adelante del Elefante Azul hacia los elecciones?

No, perquè això lo vamos començar con Armand Carabén. A Johan no le pedimos que se impliqués con la firma hasta pasado un tiempo. Armand le dijo, cuando ya se había cerrado el plazo de firmas, que vingués al Majestic. Així amplió el plazo. La directiva había cerrado un plazo de una manera que no era legal, perquè eran 14 días, y Johan cuando se enteró, como que se implicaba en causas justas, vino y firmó. Él estaba informado, perquè seguía la actualidad del Barça diàriament y, a més, tenía alrededor una sèrie de amigos periodistas que lo informaban. Porò no tuvo més vinculació que dar la firma hasta que vio que ya era el momento de pronunciarse. Como que no le gustaba la directiva, nos apoyó. Desde entonces, siempre que le he pedido firmas por algún procés, siempre ha venido a darla. Le tengo un agriaïmente eterno, és la sensació que tengo cuando pienso en él.

Siempre se comenta que Johan Cruyff era un hombre que iba contra el poder, que estaba més con el pueblo. Cómo lleva el hecho de ser el únic poder con el cual Cruyff se ha alineado?

Debe de ser perquè fuimos un error del sistema. Quizás por això Johan nos apoyó. Fuimos un error. Debería de ser por això. Johan lo tenía mucho això, se ponía del lado de las personas que tenían més dificultado. El què pasa és que nosotros, després, tuvimos un poríode muy bueno. Él se implicó perquè quizás pensaba que aquella era la manera de ejercer el poder, de mandar. A mí me había alabado siempre. Lo hicimos por convencimiento, porò con él lo comentamos: los presidentes tienen que hacer de presidentes y los profesionales, de profesionales. Això és una màxima en la hora de llevar mi presidència. A més, tenía la tranquilo·litat que a cada lugar clave del proyecto, del modelo, había una persona con quién podíme confiar plenamente, ya se diga Rijkaard o Pep como entrenadores o Txiki a la secretaría tècnica. Él era un firme defensor que la poloítica deportiva lo tenían que llevar los profesionales. Y això lo cumplí. Supongo que por això se encontró a gusto y nos apoyó, además del què hemos comentado antes.

Un golpe a la presidència, Cruyff da el paso a asesor.

[Interrumpe] No, no. Él és amigo. Me dijo que era ajoà para ayudar y que, por cualquier cosa que necessités, se lo hiciera saber. Él estaba tranquilo con nosotros llevando el club y, a la vez, pendiente que suerteís bé. Teníme la tranquilo·litat perquè Johan era una persona muy accesible, incluso por reuniones para tratar temas que no tienen nada que ver con el fútbol. Lo trucabas para preguntarle cómo lo tenía y te decía que pasaras a verlo o que esmorzéssim juntos. Nos daba consejos, porò la manera que tenía era mucho planera, directa, clara, sin voluntad de imponer nada. Por otro lado, si lo llego a nombrar consejero le hagués tenido que poner una nòmina y això Johan no lo quería. Por lo tanto, él estaba a gusto y sabía que la suya opineó era importante para nosotros. Ahora no recuerdo ningún consejo que ente donés que no los seguíssim. Porò yo le pedía consejo por qüestions que consideraba importantes.

No nombreés de temas deportivos, entonces.

No, no, había temas de poloítica de club, de cuando nos posicionamos con UNICEF, con temas salariales també ayudaba. Él tenía las ideas muy claras con això, para incentivar los jugadores. Ui, y el tema mèdique, ya no lo recordaba! Johan era mucho capficat con el tema mèdique. Y, finalmente creo que hicimos una estructura buena, por él era importandoíssim. Al principio anàvem un poco descentrados con el tema y, després de hablarlo con él, lo montamos bé, con una comissió liderada por Ramon Canal. Johan hablaba mucho con ellos, perquè le ponía mucho interès. Pienso que se organizó mucho bé.

Todavía recordamos la rueda de prensa de Núñez, cuando despidió Cruyff, donde dijo ajoò de «tenemos los servicios médicos (sic) destrozados».

Dijo tantas mentiras en aquella rueda de prensa. A més, quedaron plenamente acreditadas. Fue un ataque de envidia y una pataleta de un hombre que se veía amenaçat por el carisma y la força de Johan ante unas elecciones inminentes. Optó para inventar una porquería y esparcirla. Vaya, quedó retratado.

Qué adéuno le hizo més mal, el de Núñez o el de la Presidència de Honor?

A los de nuestra generació, el hecho que nos va rebelde·lar para crear el Elefante Azul fue la manera como lo jodieron fuera. Como jugador era el íluto y nos hizo saber què era ganar. Como entrenador lo hizo de por el·lícula y yo creo que tenía otro ciclo, perquè él quería llevar Zidane, Giggs, Bergkamp, porò le cerraron el grifo con aquella frase famosa que estos los ficha la portera de casa suya. El caso és que, no vinieron y Johan intentó hacer una cosa que era un triple salto mortal sin red, renovar un equipo sin calers. Això fue complicado y Núñez lo aprovechó para echarle la caballería por sobre y sacarlo de una manera impresentable que nos va rebelde·lar a muchos. Quienes teníme Cruyff como íluto nos pareció muy mal y ajoò és el embrió del Elefante Azul, el motivo principal. Aparte, el club se estaba llevando fatal. En una sociedad revolucionada democràticament, al club había una clara carencia de cultura democràtica. Si el panís avançava hacia el catalanismo, teníme una pandilla de anticatalanistas a la junta que a quienes sí que lo éremo no nos gustaba.

Y como vivió el tema de la Presidència de Honor?

Lo neonuñisme venía al Barça con el apoyo de la gente que no acababa de saber què venía, intoxicados por el españolismo, por estos controladores del gueto que hay Cataluña, que se dedicaron a intoxicar todo el mundo haciendo ver que tenían més del què teníme, porò sin los defectos que podíme tener nosotros. El què vendía era lo neonuñisme. No me extrañó que el primero que hicieron fuera sacarle la medalla de Presidente de Honor. Això queda y això és una realidad. Ahora, incluso, és patètic, porò a la vez da risa, ver como estos intentan hacer ver que són cruyffistes, cuando lo què hicieron no té excusa y és gairebé tan feo como lo què hizo Núñez con aquella rueda de prensa.

No destituir Rijkaard fue una decisió presa bajo el ejemplo de la mala salida de Cruyff? Quisieron evitar la repetició del error?

No, nosotros nos asemejamos en la manera de pensar. Johan no era nombreés una manera de jugar a fútbol, sinó una manera de vivir. Això compuerta una manera de pensar y unos principios. Frank lo había hecho mucho bé, porò intentamos mantener cierto equilibrio. És importando a la hora de gestionar un club, si mantienes un modelo y lo mejoras, consigues un equilibrio que ante los rivales, que se van desequilibrando, te dóla una ventaja. Para mí és evidente. YO intentaba no ser el presidente de un club que, cuando van las cosas mal, toma la decisió de cambiar el entrenador, el modelo o el sistema. Això no entraba. Intentamos mantener el modelo al màxim y con unos liderazgos que se alargaran. Con entrenadores nos salió bé, perquè con dos mandatos tuvimos dos entrenadores. Si comparamos con los otros…, y con un secretario tècnic que fue de principio a final. Això dio estabilidad.

Las apuestas de Rijkaard y Guardiola fueron arriesgadas, tal y como era Cruyff.

Sí, y tanto, siempre jugaba al límit. Era un hombre que arriesgaba. De hecho, Rijkaard y Pep los recomienda él. Porò nosotros també éremo arriesgados, perquè tomaíme la decisió. Porò ya dicen que quien no arriesga, no pisca.



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