Historia, apoteosis, punto de inflexión y los términos que a ustedes se les ocurran. Recuerden esta crónica, porque es la de un momento que van a contar a sus nietos y nietas dentro de unos años. O lo que harán sus hijos e hijas. Lo que acaba de pasar hace unos instantes en el Camp Nou es el punto de partida definitivo para alcanzar un mundo igualitario y todavía utópico. Pero cada vez es más realista.
El Fútbol Club Barcelona acaba de hacer una oda al fútbol femenino, al feminismo y a la vida. Ha batido el récord de asistencia de un partido de fútbol femenino en un partido icónico. Goleada por 5-2, eliminación al eterno rival de la entidad -el Real Madrid- y acceso a las semifinales de la Champions. Han pasado muchas, muchísimas cosas, en el estadio de una institución que es más que un club por días como el de hoy.
Primera vez, de la gran Mapi León, con un golazo
Y así ha sido desde el principio. El Barça de Jonatan Giráldez era consciente de la envergadura de la jornada y le ha hecho gala. Tanto es así, que en los primeros compases de partido dominaba ya al Madrid en juego… y en el resultado. Tras salir a morder, la gran Mapi León ha marcado, sin querer, un auténtico golazo. Ha sorprendido y batido Misa con un centro-chut desde la banda derecha. La defensa ha respondido, de esta manera, a la fidelidad de su afición. El barcelonismo estaba haciendo del partido una fiesta. 1-0.
A partir del gol el Barça ha cogido el micrófono y ha empezado un monólogo. Lo ha hecho mientras los aficionados y aficionadas mostraban un precioso mosaico preparado por el club, que decía «more than empowerment« («más que empoderamiento»). Las jugadoras del Barça demostraban el citado empoderamiento empoderándose del balón.
Sin embargo, en la primera excursión blanca en el área de Sandra Paños, ha llegado el primer revés. Irene Paredes ha rechazado un disparo de Olga Carmona con las manos en el área, lo que se ha traducido a un penalti claro que la propia madridista ha convertido a pesar de que la portera adivinara las sus intenciones. Pero la tesitura no ha inquietado al mejor equipo de la galaxia.
Al contrario. El Barça se repuso y volvió a vivir en el campo contrario. Y las llegadas volvieron a darse. Una Fridolina Rolfö muy activa ha hecho daño por el lado izquierdo. En una de ellas, ha dejado un balón muerto en el área que Alexia Putellas no ha sabido aprovechar. Por su parte, a la derecha, Aitana Bonmatí se lo pasaba muy bien regateando a rivales. Y cuando las blancas intentaban hacer la réplica, hallaban una presión asfixiante. Y cuando la superaban, allí estaba la mariscala León. El 1-1 mandaba en el descanso, pero la sensación de dominio azulgrana era abismal. ¡Barça, Barça, Barça! ¡Fiesta, fiesta, fiesta!
Remontada madridista con otro golazo…
En la reanudación, sin embargo, el Madrid de Alberto Toril ha instalado el miedo. Y es que después del gol estratosférico de León, Zornoza ha respondido con uno aún mejor. Desde casi su casa, ha sorprendido a Paños con una vaselina de videojuego y ha puesto el 1-2. Era la primera vez que el Barça recibía dos goles en casa desde el 2019, pero no era la primera vez que sacaría a lucir su grandeza.
…y reacción azulgrana fugaz
Y es que en un cerrar y abrir de ojos, el equipo de Giráldez ha remontado. ¡Surrealista! En cuatro minutos, las azulgranas han marcado dos goles. Primero Bonmatí, con un precioso pase a la red, y después Claudia Pina, con una nueva vaselina en Misa, esta vez intencionada. Goles preciosos en una noche que poco a poco se iba poniendo el traje de las grandes ocasiones. Las 91.553 almas en el Camp Nou sonreían, merecidamente.
También han sonreído los dioses del fútbol después de que la de siempre sentenciara las blancas. Alexia Putellas, la mejor de las mejores, ha puesto el cuarto con un disparo demasiado potente para Misa. Con el 4-2, y con el Madrid delante, ¿se imaginan qué faltaba? Es de buen culé acertar esta pregunta.
Gol y manita
Efectivamente… ¡faltaba la manita! En un estado de éxtasis, las azulgranas, asfixiando a las madrileñas, no han dejado pasar su buen momento y su intensidad, y han redondeado la noche. Rolfö, un constante puñal por la banda, ha dibujado una jugada preciosa para que otra escandinava, Graham Hansen, introdujera dentro de la portería el balón.
Un gol de Graham Hansen, pero también de Vicky Losada, Marta Unzué y de todas las jugadoras que han pasado por el Barça. Y de las que van a pasar. De las niñas que van a jugar y que ya juegan a fútbol durante la hora del patio en la escuela. Y que algún día jugarán en un Camp Nou lleno, de igual forma que el primer día que aquello ha pasado, un primaveral el miércoles del 2022. Mucho más que una manita, y mucho más que un club. ¡Viva el fútbol y vivan las mujeres!
