El Fútbol Club Barcelona femenino sigue haciendo historia incluso en sus días de perros. La semana pasada ya ató la Liga con una manita en el Real Madrid. No es el eterno rival de este equipo, pero sí aquel club que hace que las mujeres de Jonatan Giráldez saquen fuego por las muelas cuando está delante (1-3).
Ni ante una versión gris de las azulgranas, hoy con la senyera en el pecho, han sido capaces de sacar algo positivo a las de Alberto Toril. El Barça ha conseguido un muy buen resultado en el aperitivo del banquete que tendrá la próxima semana en un Camp Nou lleno hasta los topes y en su camino para volver a reinar en el Olimpo del fútbol por segunda vez consecutivo.
Hoy, el Barça ha ganado como casi siempre. Pero ha sudado como casi nunca. Y es que las cosas se habían puesto feas después de que saltara la sorpresa y el Madrid se adelantara en el marcador en su primera ocasión. Esther ha aprovechado una distracción azulgrana y, con una conducción sublime, ha cedido el balón a Olga Carmona para que ésta, sola ante Sandra Paños, clave una estocada fuerte a las azulgranas.
A partir de esto, tocaba remar a contracorriente. El Madrid estaba cómodo en su campo. Las visitantes no se encontraban a sí mismas, y las blancas eran muy solidarias en la presión. Si bien el Barça llegaba al área de Misa, no encontraba el disparo final. Estaba excesivamente incómodo.
Alexia Putellas tenía muchas buenas intenciones, pero sus compañeras no le acompañaban. Fridolina Rolfö no estaba muy entonada, y Jennifer Hermoso estaba muy opacada por la defensa local. Las veintidós protagonistas se fueron al descanso con la sorpresa patente en el marcador. Después del 5-0 de unos días antes, ¡las blancas estaban por delante! De hecho, Esther tuvo la oportunidad de poner tierra de por medio, estrellando un balón en el palo.
Lavado de cara en la reanudación
En la reanudación, el Barça buscó el gol con aún más fuerza. Y lo encontró gracias a un penalti muy dudoso, provocado por Olga, heroína blanca una hora antes, y ratificado por el VAR. Alexia Putellas lo convirtió, engañando a Misa, y, con el empate, cambió totalmente el signo del partido.
Porque a partir de esto, las azulgranas se instalaron en el campo rival. Gracias al cambio de Claudia Pina por Leila Ouahabi, el Barça encontró más imaginación. E insistió hasta encontrar el segundo gol. Lo hizo mediante la misma Pina, en una de las muchas acciones azulgranas por la derecha. En una de las muchas grandes conducciones de Graham por el lado de la lateral izquierda Svava. Cuando dejas desatendida la noruega, lo normal es que te acabe haciendo daño.
El Madrid, en manos de Misa, hizo honor a su lema de hasta el final, vamos Real. Tuvo una incursión peligrosa mediante Athenea del Castillo. Pero eso nunca es suficiente cuando se tiene al gran Barça por delante. Hoy era menos Barça que en otras ocasiones. Muchas bajas y mucho cansancio tenían las azulgranas. Pero ni en estas circunstancias las madridistas evitaron ser devoradas, de nuevo, por el león catalán.
En medio de la hasta el final, vamos Real mencionado, Alexia mató al dragón. O, mejor dicho, a la iguana. En un contraataque comandado por Patri Guijarro, la Balón de Oro profundizó la herida blanca… y puso las suyas con un pie y medio en las semifinales del torneo, en una nueva victoria del Barça al Madrid. La próxima semana el Camp Nou dictará sentencia y, previsiblemente, un nuevo festín azulgrana.
