El delantero guineano del Fútbol Club Barcelona Ansu Fati ha decidido finalmente no operarse de la lesión del tendón proximal del bíceps femoral del muslo izquierdo. A pesar de que los médicos de la entidad azulgrana le habían recomendado una intervención quirúrgica para hacer limpio, el mismo club ha comunicado que finalmente ha optado por el «tratamiento conservador» y que de este modo intentará recuperarse por su cuenta a base de un trabajo específico de rehabilitación. Así, el tiempo de baja será de unos dos meses, siempre que no haya complicaciones, en vez del medio año que se preveía si pasaba por quirófano.
La decisión de Ansu ha estado muy meditada y han intervenido los médicos del club, otros miembros de la entidad azulgrana y sus familiares. Finalmente, ha acabado pesando el pésimo recuerdo que tiene el delantero de la Masía de sus últimas operaciones. El 2020 también tuvo que elegir entre una intervención quirúrgica o un tratamiento conservador y se decantó por la primera opción. Entonces, complicaciones reiteradas en su lesión provocaron que se operara hasta cuatro veces y el miedo a repetir esa experiencia ha sido más fuerte que las recomendaciones de los doctores.
Ahora bien, el concepto de «tratamiento conservador» también es de aciago recuerdo para los culés. Por cuya causa, uno de los mejores centrales del mundo, como era Samuel Umtiti en 2018, se fue convirtiendo lentamente en el juguete roto que es ahora. No se quiso operar cuando los médicos del club se lo aconsejaron y de entonces acá ha encadenado una lesión detrás otra y nunca ha podido ni llegar a la suela del zapato del futbolista que fue desde su llegada en el Barça y hasta la consecución del Mundial de Rusia. De todos modos, cada caso es un mundo y Ansu no tendría que sufrir el mismo futuro.