Ousmane Dembélé, delantero francés del Fútbol Club Barcelona, ha firmado una ligera tregua con la entidad azulgrana. Después de que su entrenador, Xavi Hernández, no lo haya convocado a los dos últimos partidos por su negativa a renovar con el equipo culé, el extremo de Vernon no se presentó al último entrenamiento a causa de una más que sospechosa «indisposición gástrica». En rueda de prensa, el mismo Xavi insinuó que esta excusa no era nada más que esto, una excusa, cosa que hacía todavía más grande la guerra entre el jugador -y su representante- y el club. Aun así, la rebeldía de Dembélé ha acabado, como mínimo de momento, puesto que sí que se ha presentado al siguiente entrenamiento, donde, a diferencia del anterior, cuenta con la presencia de sus compañeros de vestuario.
Ahora bien, en ningún caso se tiene que leer este movimiento como un acercamiento entre la postura del club y la del jugador. Dembélé y su agente Moussa Sissoko han dejado muy clara qué es su intención, que es renovar con el Barça por unas condiciones inasumibles por la entidad azulgrana o marchar gratuitamente durante el próximo mercado de fichajes de verano. El Barça ha aceptado que ya ha perdido este futbolista, pero le ha planteado una tercera vía, a la cual Dembélé todavía no se ha querido coger. La intención del club es que antes de que acabe el mercado de fichajes de invierno, es decir, antes del 31 de enero, el extremo francés marche con la carta de libertad o cedido a alguno otro equipo porque así el Barça no le tenga que pagar el último tramo de su sueldo y pueda reducir la masa salarial. Además, el jugador tendría minutos, cosa que en Barcelona no pasará, pero hoy por hoy Dembélé se mantiene inmóvil y no quiere aceptar esta propuesta que lo acabaría beneficiando.