El partido que disputó el Fútbol Club Barcelona el pasado domingo por la noche contra el Levante sigue dando de qué hablar. En primer término, por el aspecto deportivo. Fue una victoria agónica la de los hombres de Xavi Hernández. Sin mucho brillo, pero con emoción. El gol de Pierre-Emerick Aubameyang igualó la contienda, el de Pedri González la remontó y, después de tres penaltis en contra, el de Luuk de Jong la salvó. Sin embargo, ahora ha trascendido una historia lamentable en términos de catalanofobia. Se ha dado en forma de denuncia en las redes sociales. Un aficionado culé ha denunciado que en la previa al encuentro en cuestión, un agente de la Policía Nacional le detuvo a él ya sus seis acompañantes, sin un motivo racional y justificable, y demostrando graves signos de catalanofobia.
Todo empezó tres horas antes del partido. El aficionado, Alex Matabosch, estaba en las inmediaciones del Ciudad de Valencia, estadio del Levante, con sus seis acompañantes. Los siete estaban ondeando sus bufandas azulgranas. Hasta ahí, todo normal. Pero según apunta el propio Matabosch, en un momento dado una de las personas golpeó, sin querer, una furgoneta policial con su bufanda. Y aquí empezó el lamentable episodio en cuestión.
Según explica en su hilo, a consecuencia de este simple hecho, un policía salió del vehículo y se llevó detenidas a las siete personas, a una comisaría. «Sin darnos explicación, y con un trato despreciable hacia nosotros», apunta Matabosch. Posteriormente, y siempre según el denunciante, una vez estaban detenidos, «el cuerpo nacional de Policía no ha hecho más que burlarse de nosotros con faltas de respeto constantes. Como por ejemplo: “Culés y catalanes… No podéis ser mas paletos”. Además de preguntarnos en deliberadas ocasiones si éramos del bloque independentista. Como si esto tuviera que ser clave para determinar la sanción. Por el simple hecho de llevar una bandera”.
Las graves consecuencias que los siete aficionados del Barça han sufrido, más allá de las detenciones todavía injustificadas
Más allá de las consecuencias psicológicas que puede suponer el hecho de ser detenido sin una justificación por parte de agentes teóricamente de seguridad, también ha habido otras. Los agentes les habrían roto las entradas, y por tanto impedido que acudieran al partido en el Ciutat de València, además de haberles requisado las banderas que llevaban y de las «amenazas y burlas constantes» que han hecho. Por otra parte, y según apuntaría el atestado policial que han recibido después de las detenciones, cometieron un «delito de agresión», por lo que deben hacer frente a una multa de, como mínimo, 3.000 euros, y a la prohibición de entrar en un recinto deportivo de forma indeterminada.
En este sentido, si bien el propio Matabosch recalca que no piden ningún reintegro de las entradas, reclama al Fútbol Club Barcelona «que se posicione ante el trato que reciben sus aficionados cuando van a ver al equipo fuera de casa», además de esperar explicaciones por la detención y la prohibición de entrar en el estadio. Y, por último, espera la ayuda de testigos que aporten pruebas para demostrar que la detención fue injustificada.
