El Real Madrid ha empatado el partido de Liga de la última jornada contra la Real Sociedad, cosa que ha dejado los merengues a cinco puntos del Fútbol Club Barcelona y ha certificado el campeonato de invierno para los culés. A pesar de que este empate ha sido un mal resultado para los blancos, las cosas podrían haber acabado todavía peor para los de Carlo Ancelotti si el árbitro del partido, Melero López, hubiera aplicado el reglamento correctamente. En la segunda mitad, el colegiado andaluz tendría que haber dejado el Madrid con diez jugadores por la expulsión de Nacho Fernández, la cual no se ha producido y, de este modo, ha favorecido a los blancos y ha perjudicado a la Real Sociedad.
Nacho ha cometido dos infracciones de tarjeta amarilla, pero solo ha visto una
La jugada polémica ha llegado en el minuto setenta y seis. Nacho, que ya había visto una tarjeta amarilla muy clara por una falta dura sobre Martín Zubimendi, ha cometido una segunda infracción que tendría que haber sido castigada. Cuando el centrocampista de la Real Sociedad Asier Illarramendi, ex del Madrid, ha intentado servir de banda, Nacho lo ha impedido con sus manos, intentando bloquear el lanzamiento de la pelota. Esto, sin ningún tipo de duda, es una acción que supone una tarjeta amarilla, la cual habría sido la segunda y habría provocado la expulsión de Nacho. En vez de esto, el árbitro no lo ha castigado y el defensa merengue ha podido acabar el partido. Esta polémica llega después de que en el duelo anterior de los merengues, contra el Atlético de Madrid en la Copa, ya se pidiera una doble tarjeta amarilla para Dani Ceballos que no llegó nunca.

Mal arbitraje de Melero López, que también tendría que haber expulsado a Imanol Alguacil
Del mismo modo, Melero López también tendría que haber expulsado al entrenador de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, por haber retrasado un servicio de banda del Madrid. Ha sido una acción fea y antideportiva. Cuando un jugador comete una infracción como esta, se lo castiga con una tarjeta amarilla. Cuando lo hace un entrenador, tiene que ver la roja directamente. En vez de esto, Melero López solo lo ha amonestado y Alguacil ha podido continuar dirigiendo a su conjunto. En cualquier caso, no tiene, ni mucho menos, el mismo efecto sobre el juego la expulsión de un jugador, que deja a un equipo con diez, que la de un técnico, que tiene que abandonar el banquillo, pero puede mantener su labor desde la grada y a través de sus asistentes.