La bestia Rafa Nadal ha añadido un nuevo partido memorable a su carrera. El tenista balear ha eliminado Taylor Fritz, undécimo al ranking ATP, después de superar mil y una adversidades y ya es a solo dos pasas de levantar el trofeo de Grand Slam de Wimbledon por tercera vez. Antes, pero, tendrá que superar el ogro Nick Kyrgios a las semifinales. Una ronda en la cual el físico del español será una incógnita, después de haberse vaciado este miércoles durante cuatro horas de espectáculo (3-6, 7-5, 3-6, 7-5 y 7-6(4)).
Remontada en contra y primero set perdido
Después de empezar como un trueno, rompiendo incluso el primer juego del partido, Nadal ha entrado en problemas. Se ha puesto con un 3-1 favorable en el primer set, pero su rival ha demostrado una gran valía. El punto de inflexión ha sido un gran saque de Fritz, que el manacorí ha respondido en la red. A partir de esto, monólogo norteamericano. Ha pasado, literalmente, del 1-3 por debajo a llevarse la primera manga por 6-3. Un parcial de 5-0 que se explica por el hecho que el mismo Fritz estaba más centrado, cometía menos errores y alardeaba de su gigante sacada.
Épica en la segunda manga
El guion del segundo set ha estado similar al del primero. Nadal ha vuelto a empezar estelar, logrando el 3-0 favorable con un tenis agresivo y una ligera bajada del rendimiento del contrincante. Pero este ha vuelto a despertar y ha empatado el set con tres juegos consecutivos y, por lo tanto, rompiendo uno. Después de que Nadal acabara con esta imponente racha y estableciera el 4-3 en el segundo set, se ha tenido que retirar al vestuario, por molestias, durante un rato.
Ha estado allá cuando se ha producido una imagen icónica: desde el graderío, su padre le ha pedido, con un gesto, que dejara de sufrir y que se retirara del match. Pero no era consciente que su hijo es una bestia. Y es que a partir de este momento, ha engrasado la máquina y se ha llevado el set por 7-5, arrancando ovaciones de época por parte del público británico.
El tercero set no ha tenido mucha historia. Desde que Fritz ha roto el tercer juego, lo ha dominado por completo. Y Nadal ha ido a contrarremolque. Tampoco ha arriesgado mucho en esta instancia, siente consciente que tenía cierto margen de error. El americano lo ha cerrado con un nuevo break point y, por lo tanto, un 6-3.
Todavía más épica de Nadal a pocos puntos para perder
Aquí, pero, Nadal ya se había quedado sin el margen de error mencionado: estaba perdiendo por dos sets a uno y tenía que ganar el siguiente sí o sí para continuar con vida. Y dicho y hecho. El español ha vuelto a olvidar que tenía el cuerpo dolorido, como si fuera un marciano. Después de repartirse puñetazos en forma de breaks, Nadal ha estabilizado su paso y ha establecido el 3-1 favorable. Lo ha hecho con un tenis inteligente: moviendo a Fritz por la pista y desgastándolo. Aun así, el balear ha vuelto a cometer errores, fruto del hecho que Fritz ha despertado por enésima vez, y este ha igualado a cuatro. Y aquí ha llegado un nuevo momento heroico.
Y es Fritz ha convertido el empate a cuatro en un 5-4. En otras palabras, se ha puesto a un juego de liquidar a Nadal. Eso sí, sacaba este. Y con un juego impecable, y a pesar de estar casi a la lona, no ha cedido. No había cedido a su padre antes, y no ha cedido este golpe a su rival. Ha igualado y, a continuación, ha ganado dos juegos más. ¡Increíble! Tres juegos seguidos, uno de ellos en forma de break. Una bestia que ha atacado un golpe más.
El quinto set, una oda al tenis
Y el que no ha matado Nadal lo ha hecho más fuerte. Después de husmear la derrota, la bestia se ha enfurecido y ha ido a por el partido definitivamente. Ya lo tenía al horizonte. Ya veía cómo podía seguir aspirando a levantar todos los Grand Slams en un año. Levantó el de Australia, levantó Roland Garros y pretendía levantar Wimbledon. Y así será. Porque en el quinto y definitivo set, después de un tanteo inicial de juegos, Nadal, con una nueva dejada en la red, ha intentado comprar un billete para la semifinal.
Pero su rival también estaba en modo épico. Porque ha vuelto a remontar. Sí: Fritz ha convertido dos juegos consecutivos pasante así del 3-4 desfavorable al 5-4 que lo situaba, otra vez, a solo un juego de la victoria. Pero la bestia es mucha bestia. Cómo había pasado anteriormente, ha hecho unos servicios inconmensurables y ha vuelto a igualar. Así ha estado hasta llegar al súper tie-break. La mítica tanda de penaltis final del tenis. Una oda en la guerra que estaban librando los dos. Y aquí, finalmente, ha caído del lado de Rafa. Se ha crecido y ha clavado el definitivo 10-4 para cerrar la contienda.
Levantó el de Australia, levantó Roland Garros y ahora está mucho más cerca de levantar Wimbledon. Espera el ogro Kyrgios, capaz del peor pero también del mejor. A la otra banda del cuadro, espera un Novak Djokovic que ha superado el italiano Jannik Sinner con una remontada épica, habiendo empezado perdiendo por dos sets a cero… y el local Cameron Norrie. Parece, pero, que todos están jugando para decidir quién perderá la final contra Nadal.
