El atleta canadiense de 27 años Max Parrot ha protagonizado la historia de superación de estos Juegos Olímpicos de invierno de Pekín y una de las más destacadas de toda la historia del deporte. Cuando hace poco más de dos años que ha superado un cáncer, un linfoma de Hodgkin, se ha colgado la medalla de oro en la modalidad de snowboard slopestyle. Se trata de una disciplina en la cual se tiene que hacer un descenso sobre una tabla de snowboard y, a su vez, superar varios obstáculos, como por ejemplo barandillas y saltos. No gana quién es más rápido, sino quien consigue la mejor puntuación, y nadie ha podido batir los 90,96 puntos de Parrot, logrados en la segunda manga, con los cuales ha superado al chino Su Yiming y al también canadiense Mark McMorris.
A Parrot le detectaron el cáncer a inicios del 2019 y desde entonces hasta finales del mismo año estuvo luchando contra la enfermedad: «Ahora hace tres años, en un día como hoy, estaba en la cama de un hospital a punto de someterme a doce minutos de quimioterapia. Ahora acabo de ganar un oro olímpico. Esto es irreal». El atleta canadiense, que todavía no se lo puede creer, ha mejorado el registro que logró en los últimos Juegos de invierno, en Sochi, cuando ya se subió al podio con la medalla de plata. Ahora bien, al poco de aquello se le detectó el cáncer y estuvo medio año totalmente alejado de las pistas para superar la enfermedad: «Fue una pesadilla. El pensamiento de poder volver a hacer snowboard me ayudó mucho».
De este modo, y después de someterse a doce tratamientos de quimioterapia, lo primero que hizo cuando pudo volver a su vida normal fue abrocharse la tabla a los pies nuevamente. Desde entonces ha ganado dos medallas de oro en los Winter X Games y ha participado de una película para explicar su experiencia. El film, titulado Joy, ha ganado varios premios, como por ejemplo el de mejor película de la entrega de premios Snowboarder del 2020. Así pues, con el oro olímpico, Parrot valla una historia de superación sin precedentes, la cual todavía puede tener unos créditos más dulces en forma de más metales.
