El Fútbol Club Barcelona de baloncesto ha ganado un partido muy importante contra el Madrid. Después de la derrota en la apertura de la serie de la final del Playoff de la Liga ACB en el Palau Blaugrana, una nueva derrota hoy habría significado una distancia kilométrica. Las sensaciones del encuentro del lunes eran incluso más nefastas que el resultado. Pero el conjunto de Sarunas Jasikevicius ha igualado las fuerzas, ha salido con mucha energía y, liderado, cómo no, por Nikola Mirotić, se ha impuesto. Gran tercer cuarto, y emocionante último cuarto, en el que los blancos han estado a un triple de derrotar a los catalanes. Fabien Causer, sin embargo, ha fallado, y el Barça tiene más vida que nunca.
Un primer cuarto flojo del Barça
El primer cuarto azulgrana no distó mucho del primer cuarto del primer partido de la serie. Esta vez, sin embargo, afortunadamente por los intereses de Sarunas Jasikevicius, el Madrid no ha tenido ese acierto abismal. Los jugadores azulgranas han comenzado fallando sus cinco primeros disparos. En cambio, los madridistas, liderados por unos Gaby Deck y Adam Hanga mágicos, han llegado a ganar por diez puntos. Se notaba la presión que tenían los catalanes en mente, conocedores de que una derrota habría dejado las cosas muy complicadas.
Pero el Barça hizo gala de la pasión y el carácter de su técnico y enmendó el desastre. Reaccionó con un parcial majestuoso de 9-3. Por fin Kyle Kurić ha anotado un triple, el primer azulgrana en ocho minutos, y Laprovittola y Mirotić han realizado unas buenas anotaciones.
La reacción final del primer cuarto fue tan fuerte, que se prolongó durante todo el partido. Tras la ventaja tan importante de los blancos, los locales han sabido controlar la contienda. Se han despertado a tiempo. Y lo primero que han hecho un golpe despiertos ha sido desayunar al rival. ¡Qué locura el inicio del segundo cuarto! Parcial de 7-0, gracias a un buen Davies en ataque y un imperial Calathes en defensa. Además, la presión y el nerviosismo han pasado a las mentes de los blancos. Especialmente errático ha sido Causeur. Muchas jugadas de los de Pablo Laso, hoy de Chus Mateo, han muerto en el francés.
Nikola Mirotić levanta el dedo
Así las cosas, ambos gigantes del baloncesto español han llegado empatados a 32 en el descanso. Han salvado los muebles los blancos, después de que los culés acabaran relajando un poco. En la reanudación, el Barça se ha escapado en sensaciones. Ha entrado definitivamente en el partido mediante Mirotić. El montenegrino ha levantado el dedo y lo ha liderado todo. Mantuvo a los suyos con vida con anotaciones de prestigio, mientras Sergio Llull hacía lo mismo. Finalmente, Laprovittola ha hecho estallar el Palau Blaugrana con un 2+1 increíble y sobre la penúltima bocina.
El último cuarto de la batalla ha demostrado el cansancio de unos y otros. Y el calor. Muchas imprecisiones y muchos errores. Se han dado en ambos partidos, y esta circunstancia ha propiciado que llegaran con vida al final y que ofrecieran un espectáculo hasta el último segundo. Quedaba un minuto y medio de reloj y el marcador indicaba una igualada a 67. El minuto muerto de entonces decantó las cosas a favor del Barça. O de Mirotić, mejor dicho. La bestia montenegrina puso más salsa con nuevas anotaciones. Su enésima exhibición.
Quien ha puesto aún más salsa ha sido Cory Higgins. Después de más errores en el lanzamiento, el estadounidense encaró y cuando preparaba el mate «Edy Tavares» le hizo falta. Dos tiros libres, dos puntos más y nueva rotura de la igualada. Un 69-67 a falta de veintisiete segundos que se ha convertido en definitivo. Porque en la réplica madridista, Causeur ha encogido a los coros catalanes con un triple… fallado.
Durante unos segundos todo el mundo ha temido en el Palau la victoria visitante, pero no ha sido así por unos milímetros. En el rebote, la buena defensa ha impedido que Rudy Fernández pudiera lanzar. Tanto fue así, que el balear cometió pies. Ha perdido las opciones de anotar y ha perdido el choque. 1-1, hacia Madrid y con la moral recuperada. El Barça se ha reencontrado consigo mismo y tiene más vida que nunca y ganas de reeditar el triunfo nacional del año pasado contra el propio rival.
